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¿Eliminar torres Huawei hará de Panamá un país más seguro?

Por DIARIO DEL PUEBLO digital | el 16 de junio de 2025 | 14:03

(Ilustración: Liu Rui/GT)

La "sustitución de torres de telecomunicaciones de Huawei en Panamá" ha atraído recientemente mucha atención de los medios occidentales. Sin embargo, la declaración no provino de las autoridades panameñas, sino de la Embajada de Estados Unidos en Panamá.

Este miércoles, la embajada emitió un comunicado diciendo que EE. UU. gastará 8 millones de dólares para reemplazar las torres de telecomunicaciones de Huawei en Panamá con lo que llamó "tecnología confiable de EE. UU.", afirmando que el movimiento está destinado a "contrarrestar la maligna influencia china en nuestro hemisferio." Este "regalo de seguridad", cuidadosamente empaquetado, declara con mucha confianza que ayudará a Panamá a "adquirir la capacidad de controlar y gestionar sus propios sistemas de telecomunicaciones de manera independiente", mejorando así la "seguridad compartida." Lo que parece ser un paquete de ayuda "generoso" es, de hecho, otro ejemplo del acoso tecnológico de EE. UU. a una nación soberana bajo el disfraz de la mal llamada "seguridad nacional."

Washington ha prometido recortar el gasto público y cancelar muchos programas de ayuda para el desarrollo económico de los países del Sur Global. Sin embargo, esta vez anunció generosamente un plan de 8 millones de dólares. La historia nos recuerda que cada vez que EE.UU. ofrece con entusiasmo su "ayuda" -incluso pagando la factura del llamado "desarrollo"- rara vez es buena señal. Este "mito de seguridad" de 8 millones de dólares creado por Washington es esencialmente una trampa de tres capas: coerción económica, regresión tecnológica y estrangulamiento del desarrollo, a largo plazo.

Los datos muestran que se prevé que la transformación digital impulsada por 5G impulse la productividad y el crecimiento económico en la región de América Latina y el Caribe (ALC), contribuyendo con un valor estimado de USD 3,3 billones y USD 9 billones en mejora de la productividad para 2035. La "castración tecnológica" al estilo estadounidense detendría directamente este progreso. Visto desde este punto de vista, el "regalo" de 8 millones de dólares es una carga insoportable para Panamá.

Irónicamente, Estados Unidos ha estado luchando con costos vertiginosos en su esfuerzo por desmantelar los equipos Huawei en su propia casa. Lo que Washington entiende por "tecnología estadounidense confiable" no es tecnología que sea "confiable" en un sentido tecnológico o empírico, sino más bien equipos bajo su control y sus planes. Ahora, Estados Unidos está imponiendo la misma jugada a Panamá, obligando a ese país a sacrificar la eficiencia de su desarrollo a cambio de una postura política.

El comunicado de la Embajada de Estados Unidos en Panamá, lleno de narcisismo, se parece más al gaslighting (manipulación psicológica). De hecho, afirman que solamente los EE.UU. son los que pueden definir si Panamá es "seguro" y definir qué constituye esa "seguridad".

Hubo una vez que el gobierno panameño aseguraron que Panamá siempre estuvo comprometida con la atracción de inversión extranjera de calidad y dispuesta a facilitar la expansión comercial de Huawei en el país. Lamentablemente, bajo la intimidación de Estados Unidos, se ha retractado.

Este 'generoso regalo' de Washington es un microcosmos de la interrupción de la cooperación tecnológica global. La comunidad internacional, incluida América Latina, se está volviendo cada vez más alerta ante tales acciones. La verdadera fuente de la inseguridad de Washington no son unas pocas torres de telecomunicaciones 5G de Huawei, es el desmoronamiento de su narrativa confrontacional que convierte todo en 'relaciones de ideología'.

En marzo, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, visitó Jamaica y descalificó a los médicos cubanos. Luego, el primer ministro jamaicano dejó claro que Rubio no tenía derecho a hablar en nombre de Jamaica ni a menospreciar el trabajo de los médicos cubanos, dejando al secretario de Estado visiblemente avergonzado. Si EE. UU. no reflexiona y cambia de rumbo, tales reprimendas serán frecuentes.

A medida que EE. UU. impulsa un enfoque de "un pequeño patio con vallas altas" para obstaculizar la cooperación digital global, la tecnología 5G de China está navegando con apertura e inclusividad. Desde el sudeste asiático hasta África, desde América Latina hasta Medio Oriente, las empresas chinas no solo están ofreciendo soluciones rentables, sino que también están compartiendo "estándares chinos" y "eficiencia china" con el mundo. Esto no es una "herramienta geopolítica", sino un esfuerzo genuino por hacer que la tecnología avanzada sea accesible, permitiendo que los países del Sur Global la puedan costear, acceder y beneficiarse de ella.

Cuando se trata de lo que significa la cooperación con China, los hechos hablan por sí solos. El volumen de comercio entre China y los países de ALC aumentó de 14.840 millones de dólares en 2001 a 518.470 millones de dólares en 2024, un aumento de unas 34 veces.

Detrás de este crecimiento se encuentra el sincero abrazo de los países de ALC a los lazos con China. Con una visión centrada en el desarrollo, los cinco programas chinos de Solidaridad, Desarrollo, Civilización, Paz y Conectividad entre Pueblos ofrecen soluciones prácticas a desafíos como la "maldición de los recursos" y el desarrollo desigual en la región.

Como expresó una vez el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, “a diferencia de otros países importantes, China siempre ha ofrecido un apoyo y asistencia sinceros a los países latinoamericanos, Brasil incluido”.

La inversión y cooperación de China en los países de América Latina y el Caribe no están dirigidas contra ningún tercero, ni buscan la confrontación o el reemplazo de ningún país. Como un miembro firme del Sur Global, a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta y mecanismos de cooperación como el Foro de Cooperación China-África y el Foro China-CELAC, ayuda a los países del Sur Global a modernizarse con proyectos prácticos en infraestructura, 5G y energía limpia.

La historia del desarrollo de China envía un mensaje claro al mundo: solo alineando el progreso con el bienestar de la humanidad podemos obtener un apoyo más amplio. Esto no es retórica, es una verdad demostrada con centrales eléctricas y ferrocarriles en Asia, África y América Latina.

Fuente: Global Times

(Web editor: Rosa Liu, Zhao Jian)