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“Cada vez los usuarios prefieren más la industria china”, asegura María José Alvarado, periodista chilena

Por DIARIO DEL PUEBLO digital | el 02 de julio de 2025 | 15:45

Un tren de doble motor, eléctrico y de combustión, fabricado por China Railway Rolling Stock Corporation (CRRC) Qingdao Sifang Co., Ltd., espera su salida en la estación central de Santiago, capital de Chile, el 19 de enero de 2024. (Xinhua/Jorge Villegas)

Yasef Calderón

Con la llegada de la nueva era del“hecho en China”, en las últimas décadas el patrón de consumo de productos electrónicos chinos en América Latina y el Caribe (ALC) se ha ido transformando.

En ALC, donde el poder adquisitivo es limitado en muchos segmentos de la población, los teléfonos inteligentes, computadoras y dispositivos varios se ofertan a precios más económicos que sus competidores. Marcas como Huawei, Xiaomi, Oppo y TCL han ganado terreno, democratizando el acceso a dispositivos electrónicos de punta y a una tecnología de calidad.

María José Alvarado, periodista chilena, es de las analistas que considera que “el consumo de productos eléctricos chinos ha ido en incremento”.

“Existe una masificación gracias a la migración china a nuestros países de Latinoamérica, donde traen nuevos productos y nuevos comercios”, afirma Alvarado. Y pone de ejemplo en chile al mercado Barrio Meiggs, donde el “comercio chino es muy potente y también trae una alternativa económica”. Además, “es un espacio que está en constante crecimiento entonces, esto se expande, a nivel local pero también en la industria nacional”.

“Cada vez los usuarios prefieren más la industria china, ya sea compras de manera minoritaria como también compras industriales en los distintos mercados”, sostiene.

Unido a la competitividad en el precio. Las marcas chinas han evolucionado desde ser vistas como alternativas de baja calidad a convertirse en opciones principales, gracias a sus mejoras en diseño, tecnología y durabilidad. Empresas como Xiaomi y Huawei han invertido muchos recursos en innovación para llegar a ofrecer productos con especificaciones competitivas como cámaras avanzadas o baterías de larga duración.

“Este tipo de empresas cada vez son más ocupadas por los usuarios y traen productos que son de alta calidad, por ejemplo, DJI es distinguida por sus micrófonos y Huawei por sus calidad de imagen”, destaca Alvarado. “Entonces, estamos hablando de productos de primer nivel, que entregan nitidez, tecnología de punta y nos invitan a comprar nuevas alternativas a las ya existentes”. Y precisa que “ China trae dos opción, tanto para personas de estrato más bajo como también para personas más pudientes. Entonces, esto ayuda a que toda la población pueda acceder a distintos productos dependiendo de nivel socioeconómico.

“Aspiro a poder adquirir una Osmo y un micrófono DJI, ya que en el rubro de las comunicaciones, que es donde me desempeño, tener este tipo de productos eleva mi nivel profesional”, manifiesta la joven periodista chilena, que reportó desde China en 2024.

El auge del comercio electrónico chino, respaldado por plataformas como Temu y AliExpress, también han transformado los hábitos de consumo en ALC. Las plataformas chinas ofrecen una amplia gama de productos electrónicos, con envíos rápidos y accesibles. Todo ello, unido al crecimiento de la clase media ALC con pleno accedo a internet, en países como Brasil, México, Colombia o Chile se abre camino la tendencia de comprar minorista directo a China.

Desde la perspectiva de Alvarado, “ se consume bastante en esas plataformas debido a que el marketing es muy fuerte. Cuando estoy navegando en redes sociales es muy usual que me aparezca publicidad de esas plataformas”.

Chile, con una economía relativamente abierta y un ingreso per cápita superior al promedio regional, ha sido un mercado atractivo para las marcas chinas . En 2022, AliExpress reportó que Chile era uno de sus principales mercados en ALC, con un aumento del 40% en las compras de electrónicos a través de su plataforma entre 2020 y 2022. La infraestructura logística chilena, con puertos eficientes y una alta penetración de internet (cerca del 90% de la población en 2024), ha facilitado la importación directa de productos, reduciendo costos y tiempos de entrega.

Para la periodista chilena, “acá hay algo interesante de discutir porque las personas aspiran a tener el último iPhone por algo de estatus, pero viene el mercado Chino e impacta con marcas como Vivo o Huawei que dejan atrás la calidad de imagen que te puede entregar un iPhone”.

“El desconocimiento del mercado y poder aparentar un estatus sigue siendo una variante en la población, entonces eso inclina a elegir entre una opción u otra”, insiste Alvarado. Y puntualiza que“podría existir un intercambio mucho más fluido, sin embargo, la brecha de idiomas es una dificultad al momento de exportar e importar productos desde China a Latinoamérica, y a la inversa”.

A pesar de los beneficios, la creciente presencia de productos chinos vía comercio electrónico directo ha generado preocupaciones en algunos sectores de países de ALC debido a una futura dependencia económica y tecnológica con el gigante asiático. En Chile, el consumo de productos electrónicos chinos ha sido un motor para la democratización tecnológica, asequibilidad e impacto a favor de la conectividad.

De cara al futuro, para aprovechar mejor la audaz dinámica de la tecnología china, los expertos recomiendan una mayor inversión china en ALC para que la región avance dentro de las cadenas globales de valor desde la distribución y el consumo actuales hacia etapas de alto valor agregado como diseño, fabricación e innovación.

“Así como llegan muchos productos realizados con cobre o litio como celulares, creo que debería existir más colaboración para que los países puedan desarrollar industrias y no solo ser exportadores de materias primas”, respalda Alvarado.

El futuro del comercio de productos tecnológicos chinos en América Latina y el Caribe (ALC), seguirá marcado por un crecimiento sostenido, oportunidades significativas y desafíos estructurales.

De hecho, iniciativas como el Foro China-CELAC y la ampliación del desempeño de los tratados de libre comercio, como el que mantienen China y Chile desde el 2006, facilitarán el comercio electrónico al reducir barreras arancelarias y fomentar la cooperación en tecnología.

“En el caso de mi país, ha desarrollado un tren de alta velocidad, han vendido buses eléctricos que están llegando a partes más rurales y ha cambiado la lógica contaminante y también la construcción de infraestructuras para el metro de Santiago, lo ha permitido mayor conectividad, rapidez y es algo que sin duda mejora la calidad de vida de las personas.”, recuerda Alvarado. “ Y este momento existe la oportunidad de que los países (ALC) puedan fabricar autos eléctricos con cooperación China.

“Es importante dejar de lado la lógica de poder, y cambiarla por la idea de progreso y construir un futuro compartido donde el intercambio sea una oportunidad y no una imposición. Para mí, es importante que todos ganen, y que esas ganancias sean tanto para ALC como para China”, concluyó la periodista chilena.

(Web editor: Zhao Jian, Rosa Liu)