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Entrevista: Sur Global es clave en construcción de diálogo civilizatorio, según experto brasileño
Profundizar el diálogo para alcanzar mecanismos de integración y cooperación entre los países del Sur Global es un camino "importante y necesario" para la construcción de la civilización internacional, afirmó el director del Instituto Confucio de la Universidad Estatal Paulista (UNESP), el Luis Antonio Paulino.
En entrevista con Xinhua, el académico brasileño recordó que en el siglo XXI las relaciones entre China y América Latina se manifiestan bajo ese concepto de cooperación, lo cual podría convertirse en una herramienta estratégica para enfrentar retos comunes, fortalecer la cooperación y contribuir a la construcción de una civilización global más inclusiva.
Resaltó que, aunque las trayectorias históricas de ambas regiones presentan grandes diferencias, tienen puntos de convergencia que se manifiestan en mecanismos de diálogo como el grupo BRICS y el foro China-CELAC.
Es decir, si bien China y América Latina tienen experiencias muy diferentes en el desarrollo de su proceso civilizatorio, comparten ciertas características que hacen que sus experiencias en el enfrentamiento del desafío civilizatorio sean mutuamente útiles, explicó.
"Cada civilización desarrolló características propias a lo largo de siglos, condicionadas por factores sociales, geográficos y ecológicos específicos. China y América Latina vivieron procesos muy distintos, pero también comparten experiencias que pueden ser mutuamente útiles para enfrentar los desafíos del desarrollo", afirmó el profesor de la UNESP.
A decir de Paulino, ambas civilizaciones se diferencian en muchos aspectos de los patrones occidentales: "América Latina se asemeja más al Oriente que a Occidente, especialmente en los patrones de relación interpersonal y en aspectos de la vida cotidiana, algo muy evidente en los siglos iniciales de su formación".
Sumado a que, dijo, la historia reciente de ambas regiones han sufrido la imposición de los "tratados desiguales" impuestos por potencias imperialistas en el siglo XIX.
Sin embargo, sí existen diferencias en las trayectorias históricas, ya que el país asiático "logró, especialmente a partir de su proceso de reforma y apertura iniciado en 1978, resolver definitivamente el problema de la pobreza, sacando a más de 800 millones de personas de la pobreza extrema" y se convirtió en potencia económica, tecnológica, industrial y exportadora, pero "América Latina no logró salir de la trampa de la renta media en la que está atrapada desde la década de 1980".
Es en ese marco, el experto destacó la importancia del conocimiento mutuo para perfeccionar la cooperación y el diálogo civilizatorio y, en especial, recomendó que Latinoamérica podría tomar la experiencia china hacia un camino de desarrollo.
Explicó que la profundización del conocimiento mutuo es el mejor antídoto contra los estereotipos y prejuicios", y la aproximación de las culturas arroja más luz unas sobre otras, eliminando las zonas de sombra y de ignorancia.
En tanto, sobre los desafíos que presentan las nuevas tecnologías y el ambiente digital en el diálogo civilizatorio y cultural en el siglo XXI, el director del Instituto Confucio respaldó que el momento actual es importante para avanzar en esa dirección.
"Es importante que esta construcción se dé por etapas, y una etapa fundamental es la profundización del diálogo entre civilizaciones que tengan características y enfrenten desafíos comunes", señaló.
El profesor también destacó que el diálogo cultural debe ser promovido, sobre todo en las nuevas generaciones, para que los pueblos se conozcan con actividades como festivales de cine, música y danza, ferias literarias, ferias de innovación y tecnología orientadas a estudiantes jóvenes, eventos deportivos e intercambios estudiantiles son elementos importantes.
"El año 2026 será el Año Cultural Brasil-China. Es una excelente oportunidad para programar muchos eventos con ese objetivo", celebró.