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La sociedad sigue reclamando justicia para las “mujeres de solaz”

Por DIARIO DEL PUEBLO digital | el 14 de agosto de 2025 | 13:41

Por Zhu Xingxin y Zhao Ruinan

Zhang Shuangbing [Foto: Zhu Xingxin/chinadaily.com.cn]

Este año, en vísperas del 80º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Mundial Antifascista, el tratamiento indignante a un grupo particular de víctimas inocentes continúa hiriendo las sensibilidades de las personas de bien en todas partes del mundo.

A sus 72 años, y mientras lucha contra el cáncer de pulmón, Zhang Shuangbing no ha dejado de luchar para obtener justicia para las llamadas "mujeres de solaz" — damas que fueron obligadas a proporcionar servicios sexuales degradantes a los soldados del Ejército Imperial Japonés durante la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa.

“He estado soportando todo este tiempo”, asegura Zhang. “Mientras no se haga justicia, nunca estaré en paz”.

Zhang define como justicia la entrega de una disculpa formal y compensación monetaria por parte del gobierno japonés para todas aquellas que fueron convertidas en esclavas sexuales durante ese período bélico. Esa es la gran causa que ha defendido durante más de cuatro décadas.

El Centro de Investigación sobre las Mujeres de Solaz de la Universidad Normal de Shanghai calcula que alrededor de 400,000 víctimas fueron secuestradas por el ejército japonés en una docena de países asiáticos. Del total, la mitad eran chinas.

Zhang, nacido en Yuxian, provincia de Shanxi, antes de jubilarse trabajó como maestro en una escuela primaria rural. Motivado por los reportajes sobre las “mujeres de solaz” que buscan justicia, comenzó a visitar a las supervivientes, grabando sus historias y presentando reclamos legales contra Japón.

Su viaje comenzó en 1982, inspirado por Hou Dong'e, una sobreviviente que fue forzada dos veces a la esclavitud sexual por soldados japoneses. A partir de ese momento, sufrió muchas penurias, incluido el ostracismo social en su propio pueblo.

Hou fue la primera de las mujeres de la parte continental de China en acusar públicamente a los soldados japoneses. Antes de su muerte en 1994, Zhang pudo visitarla varias veces. En 1995, por primera vez las víctimas chinas buscaron justicia en Tokío. Las sobrevivientes del condado de Yuxian presentaron formalmente una demanda en busca de una disculpa formal y una compensación por parte del gobierno japonés.

Japón admitió los hechos históricos, pero en el año 2007 los tribunales de ese país rechazaron las disculpas públicas y las compensaciones económicas, desestimando las reclamaciones de las sobrevivientes.

Debido a limitaciones financieras y logísticas, Zhang renunció a seguir adelante con las demandas en Japón y ante la Corte Internacional de Justicia. En cambio, se asoció con surcoreanos de ideas afines para presentar demandas dentro de China.

"Desde 1982, me he hecho cargo de esta tarea”, precisa Zhang. "La falta de resultados satisfactorios en los tribunales siempre me ha inquietado. He intentado impulsar desde muchos enfoques diferentes, pero ya no puedo seguir adelante con acciones legales en Japón o en la Corte Internacional de Justicia. Hace algunos años, me uní a activistas surcoreanos para seguir adelante con los casos, pero en nuestros respectivos países".

Un avance significativo se produjo en 2021, cuando el Tribunal del Distrito Central de Seúl ordenó una compensación para las "mujeres de solaz" de Corea del Sur. El fallo fue recibido por Zhang como un resultado responsable y justo.

Inspirados en esta victoria, los hijos de 18 víctimas chinas presentaron el pasado año la primera demanda contra Japón ante un tribunal chino, el Tribunal Popular Superior de Shanxi.

"Perdí a mi madre a una edad temprana", asegura Yang Xiulian, hija de Nan Erpu, quien nació en Shanxi y fue víctima de esclavitud sexual por los japoneses.

"Japón invadió China y la dañó, dejando una deuda de sangre. Busco justicia para mi madre. Exijo una disculpa formal de Japón y una compensación por nuestras pérdidas".

En 1942, Nan fue secuestrada y sometida a un trauma sexual a largo plazo, lo que resultó en infertilidad de por vida y daños físicos y psicológicos severos.

"Mi madre no pudo tener hijos debido al abuso. Me adoptó en 1964. En junio de 1967, incapaz de soportar la humillación, se quitó la vida. Solo tenía 4 años cuando perdí a mi madre", testimonia Yang.

Jia Fangyi, el abogado que representa a las familias, resaltó que la decisión del tribunal surcoreano "anima nuestros esfuerzos".

"Después de realizar investigaciones, los abogados de derechos humanos y yo coincidimos en que la decisión en Seúl es la correcta", sostiene Jia.

"El rechazo de Japón a las demandas de las víctimas chinas, junto con su negativa a disculparse o proporcionar compensación, es despreciable", fustigó.

El tiempo no espera por nadie. Desde la primera audiencia en Japón en 1995, ya han pasado 30 años y muchas de las víctimas han fallecido. Pero Zhang se mantiene resuelto, a pesar de su deteriorada salud.

"Tengo que seguir luchando para que Japón reconozca los errores que ha cometido y aprenda de la historia", dijo.

Este año, al celebrarse el 80 aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Mundial Antifascista, Zhang espera obtener lo antes posible un juicio justo y un resultado satisfactorio.

"Mi gran esperanza es que las víctimas de toda Asia se unan para exigir una disculpa y una compensación al gobierno japonés", concluyó.

(Web editor: Rosa Liu, Zhao Jian)