Héroe del terremoto y superviviente se reencuentran en el amor

Por Li Lei

Una historia nacida de los escombros de uno de los terremotos más devastadores de China ha llegado a un nuevo capítulo lleno de alegría.

Liu Ximei, de 27 años, se casó recientemente con Liang Zhibin, de 39, el soldado que la rescató cuando ella tenía 10 años y la sacó en el 2008 de los escombros de Wenchuan.

El extraordinario viaje de 17 años desde salvarle la vida a convertirse en su esposo ha cautivado a las redes sociales chinas después de ser compartido por Rednet.cn. Aclamada como un cuento de hadas de la vida real, la historia había acumulado 2,3 millones de vistas en Sina Weibo, clasificándose entre los tres más buscadas de la plataforma.

La conexión comenzó en el condado de Qingchuan, cerca del epicentro, el 12 de mayo de 2008. Un terremoto de magnitud 8.0 sacudió la región, cobrando casi 70.000 vidas y dejando a cientos de miles de personas heridas o desaparecidas. Liang, entonces soldado del Ejército Popular de Liberación en misión de rescate, buscaba entre los escombros encontró a Liu y la llevó a un lugar seguro. El recuerdo más vívido de Liu son las manos de Liang, que aunque cubiertas de tierra, eran cálidas y seguras.

Sus caminos se separaron después del desastre, y no tuvieron contacto durante más de una década. Luego, en 2020, el destino intervino en una calle de Changsha, provincia de Hunan. Mientras cenaba con sus padres, la madre de Liu notó a un hombre que estaba sentado en una mesa cercana y que se parecía al soldado Liang. Liu echó un vistazo, con el corazón acelerado, y reunió el valor para acercarse a él.

“Estaba tan emocionada, y un poco tímida”, recuerda Liu. Para Liang, el reconocimiento no fue inmediato. “Ella había cambiado demasiado. No la reconocí en absoluto”, precisó.

Al principio, Liang veía a Liu como “una hermanita que necesitaba cuidado”, y la diferencia de edad de 12 años se sentía significativa. Pero Liu compartió proactivamente su vida e intereses con él, y le confesó sus sentimientos.

Ambos están ansiosos por distinguir la gratitud profunda del amor duradero.

"Si se tratara solo de devolver un gran favor, no habríamos llegado tan lejos", recuerda Liu. "Estamos juntos por amor."

Liang compartió el mismo sentimiento: "Salvar a las personas en aquel entonces era mi deber. Amarla ahora es distinto. Son dos cosas completamente diferentes."