Por Gerardo Laborde
MONTEVIDEO, 29 may (Xinhua) -- Uruguay se encamina a viajar al Mundial de Brasil con la sombra del "Maracanazo" y la incógnita de si podrá contar en su plenitud con Luis Suárez, su delantero estrella.
Este certamen puede convertirse en la confirmación o el fin de un ciclo para este grupo, que alcanzó el cuarto puesto en Sudáfrica 2010 y ganó la Copa América 2011.
Lejos de la tranquilidad que esperaba su conductor, Oscar Tabárez, el Complejo Uruguay Celeste vive horas de incertidumbre luego de la inesperada operación a Suárez.
Eso no apaga la ilusión de los aficionados que hacen sentir su apoyo a los seleccionados, que por momentos se ven abrumados.
Los requerimientos de la prensa, las invitaciones para acciones benéficas y otros actos protocolares son innumerables, aunque no llegan a distraer del objetivo, según aseguró el capitán Diego Lugano.
LA FIGURA
La lesión de Suárez, el goleador de la liga inglesa con el Liverpool, tiene en vilo a los uruguayos.
Había llegado a Montevideo el 20 de mayo, y esa misma tarde se integró a los entrenamientos pese a tener la jornada libre.
Un día después, al realizar movimientos con balón, "El Pistolero" se sentía del menisco externo de su rodilla izquierda.
Desde ese momento se multiplicaron las especulaciones.
"No está descartada su participación en el Campeonato Mundial", aclaró la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) en un comunicado que preocupó a muchos por lo poco esperanzador.
La recuperación llevaría entre 15 y 20 días, siendo que la selección debutará con Costa Rica el 14 de junio en Fortaleza en el Grupo D, que también integran Inglaterra e Italia.
"Tranquilos que voy a llegar", dijo Suárez en un mensaje escrito, y prometió "trabajar muy duro estos días para estar 100 por ciento para ayudar a mis compañeros".
El médico y jefe de la sanidad, Alberto Pan, señaló que la evolución del jugador "es muy buena", aunque "todavía es prematuro aventurar tiempos precisos" para su vuelta.
Suárez realiza los trabajos de rehabilitación en su domicilio, y volverá en los próximos días al Uruguay Celeste, en las afueras de Montevideo.
La lesión impactó en el grupo, pero Tabárez ha puntualizado que su equipo dará batalla con o sin él.
"Nos duele lo que le pasó, pero no podemos quedar lamentándonos y pensar que si va es una cosa y si no va nada importa", reflexionó.
En ese sentido, la apuesta es "llegar al Mundial con el mejor equipo posible, con o sin Suárez".
Según planteó Tabárez en las prácticas, el sustituto sería Diego Forlán, el mejor jugador de Sudáfrica 2010.
Suárez, de 27 años, es el máximo artillero histórico de la selección uruguaya con 39 dianas, y fue el mayor goleador de las ligas europeas la pasada temporada con 31 goles.
Su socio en la delantera uruguaya, Edinson Cavani, dijo que "hay que dejarlo en paz para que tenga la recuperación mental y la ansiedad no lo afecte".
"Espero que nos pueda acompañar lo antes posible", deseó el atacante del Paris Saint Germain francés.
Con o sin Suárez, la oncena titular que alinea en los entrenamientos Tabárez incluye a ocho que ya vistieron la Celeste en Sudáfrica 2010.
Así, el arco sigue en manos de Fernando Muslera; con una línea de fondo integrada por Maximiliano Pereira, Diego Lugano, Sebastián Coates y Martín Cáceres.
El mediocampo por el que apuesta el técnico lo componen Walter Gargano, Egidio Arévalo Ríos, Cristian Rodríguez, Gastón Ramírez; y como puntas aparecen Diego Forlán y Edinson Cavani.
EL MARACANAZO
Los propios brasileiros han insistido en hablar del partido que les arrebató el título mundial hace 64 años, y su deseo de que no se repita un hecho similar.
Contra todos los pronósticos, Uruguay ganó el Mundial de Brasil 1950 cuando en el último encuentro revirtió el marcador (2-1) ante los locales.
El "Maracanazo" fue sellado con un gol de Alcides Ghiggia -único sobreviviente de la gesta-, a falta de 10 minutos, silenciando a los 200.000 aficionados locales.
"Lo que todos esperamos es que Brasil haga una buena Copa Mundial, llegue a la final y, de ser posible, se quede con el título. No quiero recordar lo que pasó en 1950", admitió el astro Pelé.
"Ojalá nadie repita lo de Ghiggia (Alcides, el autor del gol de la victoria uruguaya) en 1950", insistió en una entrevista con la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado).
Pelé evocó que en 1950 "por primera vez vi a mi padre llorar, y fue por esa derrota. Yo tenía nueve o diez años y recuerdo verlo a él junto a la radio. Lo vi llorando y le pregunté ¿por qué lloras papá? Y él me contestó: Brasil perdió el Mundial".
Según el calendario de la Copa y para deleite del morbo, Uruguay y Brasil pueden enfrentarse en una final si terminan en la misma posición en sus grupos y luego avanzan hasta el partido del 13 de julio en Río de Janeiro.
Hasta el seleccionador de Brasil, Luiz Felipe Scolari, ha admitido que prefiere evitar un cruce con Uruguay.
"Estamos preparados para jugar contra cualquier selección, eso sí, por favor, que no nos toque Uruguay, no quiero", comentó Scolari tras el sorteo mundialista en diciembre.
Para el estratega de la verde y amarilla, un choque con La Celeste tendría "muchas cosas en disputa, el pasado regresando al presente, no sería nada fácil".