BEIJING, 31 may (Xinhua) -- En un horrendo video que ha sacudido a China, seis miembros de un culto maligno golpean a una mujer hasta la muerte dentro de un restaurante McDonald's, provocando los llamados del público para que se castigue con severidad a los perpetradores.
En la era cibernética en la que la gente ha visto casi de todo, el video se propagó por la internet china debido a la inusual naturaleza cruel del delito.
La víctima fue golpeada hasta morir simplemente porque se negó a proporcionar su número telefónico a los seis miembros del culto que estaban tratando de reclutarla. Los socorristas de emergencias llegaron cuatro minutos luego de ser avisados, pero no pudieron salvar su vida.
La audacia de los miembros del culto para aterrorizar a su víctima en un McDonald's, una cadena frecuentada por chinos promedio, sacudió los nervios de la gente.
Fue obvio que hubiera lágrimas, temor e ira de la gente que exigió una sentencia adecuada para las partes responsables y una justicia pronta para la víctima.
Pero el video sólo muestra uno de los episodios horribles que los cultos malignos han llevado a China.
Los seis sospechosos, que están ahora bajo custodia de la policía, pertenecen a un grupo de culto llamado Quannenshen o "Dios Todopoderoso". Como el más infame grupo Falun Gong, se trata de uno de varios cultos malignos prohibidos por las autoridades chinas.
Los varios cultos malignos han cobrado una gran cuota en China, destruyedo propiedad, cobrando vidas y amenazando la estabilidad social.
A diferencia de las religiones legítimas, ellos predican falacias y violan la ley y sus líderes y miembros principales, que tienen pocos antecedentes en religiones ortodoxas, buscan enriquecerse a cualquier costo.
En respuesta, las autoridades los combaten con el objetivo de evitar tragedias como ésta, según las leyes chinas y los deseos de los ciudadanos chinos.
Con los años, sin embargo, la campaña ha sido caracterizada por algunos detractores extranjeros como opresión o persecución. El terrible video y las subsecuentes protestas contundentes del público demuestran lo contrario.