BRASILIA, 9 jun (Xinhua) -- Un Centro de Cooperación Policial con la presencia de 280 policías de todo el mundo -205 extranjeros y 75 brasileños- fue inaugurado hoy en Brasilia para monitorear las incidencias y la conducta de fanáticos en la Copa del Mundo 2014.
El control será realizado a través de cámaras instaladas en 12 ciudades sede e informaciones del banco de datos de Interpol, explicó el comisario Valdecy Urquiza Junior, jefe de logística del Centro.
Urquiza dijo que los policías provenientes de los diferentes países que llegaron a Brasil actuarán durante el certamen mundial de fútbol en forma conjunta y colaborativa.
El centro inaugurado este lunes fue construido en Brasilia, en las instalaciones de la Policía Federal (PF), y será utilizado luego por esta fuerza para las áreas de inteligencia y tecnología de la información, añadió la fuente.
"La PF hizo una inversión de 20 millones de reales (8 millones de dólares), que será aprovechado en las operaciones usuales después de la Copa", señaló Urquiza.
Además de los policías de las 31 selecciones clasificadas para la Copa, también estarán en el centro representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Interpol, Ameripol y agentes de Angola, Mozambique, Perú, Qatar, Tanzania y Venezuela.
Según Urquiza, los agentes extranjeros no tendrán poder policial ni podrán estar armados, pero ayudarán en la identificación de los fanáticos violentos, que serán abordados por la policía brasileña.
En el marco del trabajo de cooperación, autoridades policiales de Argentina informaron que proporcionaron a sus similares de Brasil los nombres de los fanáticos involucrados en episodios de violencia en los estadios argentinos, conocidos como "barras bravas".
De acuerdo al jefe de Interpol en Brasil, Luiz Eduardo Navajas, Argentina envió una lista con 2.100 nombres de seguidores violentos que tienen prohibido el acceso a los estadios y también se les impedirá asistir a los partidos de la Copa.
En los casos de Alemania, Bélgica e Inglaterra, éstos no entregaron los nombres a las autoridades brasileñas de fanáticos violentos, pero les retiraron sus pasaportes para impedir que salgan de esos países.