SANTIAGO, 10 jun (Xinhua) -- Unas 80.000 personas concurrieron hoy en Chile a la segunda marcha por la educación, organizada por el movimiento estudiantil para rechazar el plan de reforma al sector que impulsa el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.
Convocada de última hora y pensada como la protesta final antes del inicio del Mundial de Fútbol 2014, que concentrará la atención de los medios y del público, los estudiantes manifestaron sus diferencias con la reforma de Bachelet.
Las diferencias fueron puestas de relieve pese a que existen muchos puntos en común con los proyectos que se encuentran en el Congreso.
Así, la Confederación de Estudiantes Universitarios de Chile (Confech), la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) y la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES) se unieron al gremio del Colegio de Profesores y los conductores del transporte público.
Estos últimos iniciaron una serie protestas en Santiago por sus condiciones laborales.
En otras ciudades como Concepción y Valparaíso también se desplegaron. En esta última, sede del Congreso chileno, algunos parlamentarios apoyaron la manifestación.
Aunque estas manifestaciones comenzaron en 2011, durante el gobierno de derecha del presidente Sebastián Piñera, quien desestimó las demandas de los estudiantes, las relaciones con la presidenta Bachelet tampoco han partido de la mejor forma.
Pese a que desde un principio Bachelet se sumó a las demandas de "una educación pública, gratuita y de calidad", hay visiones distintas que no han hecho más que acrecentar las diferencias.
Durante la jornada, la vocera de los universitarios, Melissa Sepúlveda, afirmó que su objetivo es "la salida del mercado de la educación, es la demanda central del movimiento estudiantil".
Dijo que los estudiantes persiguen que "el fortalecimiento de la educación pública sea una alternativa para la gran mayoría del país y los jóvenes chilenos".
El ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, envió un proyecto que prohíbe el lucro o negocio en la educación y el fin de la selección, así como terminar el pago paralelo que los padres hacen en colegios privados financiados por el Estado, que tampoco ha concitado apoyo.
Eyzaguirre ha decidido mantener el formato de pago por alumno en vez de financiar gastos basales de los colegios, así como mantener un sistema sustentado en la libertad de los padres en elegir.
Ambos puntos son criticados por continuar con una lógica de mercado, de oferta y demanda, así como de competencia por recibir alumnos.
Sepúlveda dijo que "sabemos que la principal medida para acabar con la segregación es que la educación pública sea el eje y el pilar fundamental del modelo educativo".
Añadió que el propósito es que "hoy día tenemos un escenario de privatización absoluta que al parecer el gobierno no quiere revertir".
Además, los estudiantes critican la "falta de participación" en la elaboración de los proyectos de reforma.
Se considera que hasta ahora el gobierno ha enviado leyes que más bien corrigen algunos aspectos del sistema, pero aún falta discutir el fortalecimiento de la educación en los establecimientos públicos.
Eyzaguirre invitó a todos los actores del sistema, incluyendo los estudiantes, a iniciar estos debates.
Pero los jóvenes no ven con buenos ojos una instancia consultiva y no resolutiva, y pretenden llegar directamente a un acuerdo entre las autoridades y la sociedad sobre un proyecto educacional que luego sea enviado al Congreso.
Los estudiantes no son los únicos molestos, y el Colegio de Profesores ya expresó su rechazo a los proyectos por cuanto no incluyen medidas de fortalecimiento a la educación pública, y anunció un paro nacional para el próximo 25 de junio.
Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores, también anunció que el ministro Eyzaguirre convocó a la directiva de la organización a una reunión con el fin de lograr un acuerdo y detener la protesta.
En ese escenario tuvo lugar una marcha más por la educación, las que en su cuarto año siguen ocasionando problemas a las autoridades.
En la protesta aparecen grupos radicalizados que se enfrentan a la policía al final de los actos, y la represión desmedida de estos últimos que critican los organismos de derechos humanos.
De todos modos, la amplia mayoría del oficialismo en el Congreso hace pensar que los proyectos de reforma serán aprobados sin grandes dificultades.
Se estima que algunos diputados y senadores se encuentran más cerca de los estudiantes que del gobierno en sus propuestas.
No obstante, se da por hecho que el Mundial de Fútbol abra una tregua en el país sobre la reforma educativa.