Po An You y su novia en la Copa del Mundo, celebrada en Sudáfrica.
El idioma también influye en los conflictos culturales entre los padres emigrantes y sus hijos.
Estudios han demostrado que transmitir el idioma es una herencia muy valiosa y un factor de seguridad familiar. Los niños que utilizan el idioma chino con fluidez pueden comunicarse mejor con sus padres. Esta habilidad minimiza conflictos.
Ser un niño multicultural puede ser complejo en términos de comportamiento social, aunque permite ver las cosas desde una perspectiva novedosa.
"Te das cuenta que lo que crees que es la forma habitual de hacer las cosas no tiene que ser la forma correcta todo el tiempo, también pueden hacerse de otra manera sin causar daños ni agraviar a nadie", señala Po, un abogado de 29 años nacido en Taipei pero criado en Johannesburgo, Sudáfrica.
"Vivir multiculturalmente nos enseña a respetar a otras culturas y tradiciones."
Feng Chan en la crianza de sus hijos ha vinculado la educación holandesa y china. Sus tres hijos conocen su nombre y el nombre de su esposa. A los niños, Feng les permite tomar clases de música y participar en competencias deportivas. Con frecuencia los elogia y premia. La pareja también abraza a sus hijos. Pero Chan confiesa que aún no se atreve a besar a su esposa delante de sus hijos.