Los musulmanes en gran parte de Asia empezaron a celebrar el mes sagrado del Ramadán ayer, sin embargo en Indonesia, incluso las amenazas de los más estrictos de lanzar redadas en contra de bares “pecadores”, no impidieron que los fanáticos del fútbol se dirigieran a los centros nocturnos a mirar el Mundial.
A través del mundo musulmán, los fieles ayunan desde el amanecer hasta el anochecer y buscan ser más devotos durante el mes, que termina con la fiesta del Eid.
Indonesia tiene la población musulmana más grande del mundo, de 255 millones de personas.
Los radicales han prometido lanzar redadas en contra de bares que continúen vendiendo alcohol, algo que los musulmanes tienen prohibido beber bajo la ley islámica o estén abiertos hasta muy tarde. Las autoridades ordenan que los bares y otros centros nocturnos cierren más temprano durante el mes sagrado.
El grupo radical Frente de los Defensores Islámicos “vigilará cualquier actividad pecaminosa en lugares de entretenimiento, cafés y bares durante el Ramadán” dijo Salim Alatas, el jefe del grupo en Yakarta, la capital.
“Si las autoridades no hacen nada acerca de las actividades inmorales, nosotros haremos todo para detenerlos, empleando nuestros propios métodos” explicó.
Sin embargo, las amenazas hicieron poco para impedir que las personas de la nación fanática del fútbol dejaran de asistir a mirar los partidos. Los bares que permanecieron abiertos en Yakarta estuvieron atiborrados de lugareños y expatriados durante el fin de semana.
Endika Setiadi Putra, de 27 años, dijo que la Copa Mundial está ahora en sus mejores épocas, la emoción continuaría atrayendo a personas para que miren los juegos en los bares, incluso durante el Ramadán.
La temporada sagrada también presenta un dilema para los jugadores musulmanes de la Copa Mundial, ya que el ayuno afectará las estrictas dietas que usualmente deben seguir.
El problema es más presionante para el equipo de Algeria, conformado en su mayoría por musulmanes, quienes están por enfrentar un duro partido contra Alemania.
Para muchos otros indonesios, el comienzo del mes sagrado del Ramadán fue un momento para estar con sus familias o participar en oraciones especiales, y miles se dirigieron a la mezquita Istiqlal en Yakarta, la más grande del sur de Asia, el sábado por la tarde.
Los musulmanes de Sri Lanka, que representan el 10 porciento de los 20 millones de habitantes del país de mayoría budista, observarán un Ramadán de bajo perfil debido a una reciente serie de ataques religiosos. El Consejo Musulmán de Sri Lanka, que agrupa a casi 50 organizaciones musulmanas, dijo que las autoridades habían prometido una mejor seguridad, aunque muchos aún temían por ataques de extremistas budistas luego de que cuatro personas murieran en motines religiosos este mes.
En Malasia, los musulmanes, que representan el 60 porciento de las 28 millones de personas, pasaron la tarde comprando comida en mercados o encontrándose en restaurantes para romper juntos con el primer ayuno.
El Ramadán comienza cuando se aprecia el primer cuarto creciente de la luna. El mes sagrado también inició a lo largo del Medio Oriente, incluso mientras salvajes conflictos arrecian en Iraq y Siria.
(Editor:Felipe Chen、Rocío Huang)