Sentados y con las piernas cruzadas desde hace 1.600 años |
Fuente:Agencias
Jiquilisco, 08/07/2014(El Pueblo en Línea)-De acuerdo a la Secretaría de Cultura de la Presidencia, arqueólogos japoneses y salvadoreños revelaron el hallazgo de "tres entierros prehispánicos de por lo menos 1.600 años de antigüedad", 70 kilómetros al sureste de San Salvador, en Nueva Esperanza, ubicado en el municipio de Jiquilisco (Usulután).
El experto Akira Ichikawa destaca que lo novedoso de este hallazgo es que dos de las tres osamentas estaban sentadas y con las piernas cruzadas, posiciones similares a las de restos encontrados hace varios años en los sitios arqueológicos de Kaminaljuyú (Guatemala) y Teotihuacán (México), los cuales constituyeron centros de poder en el territorio mesoamericano en la época precolombina.
Sin embargo, habrá que investigar más para determinar si hay algún tipo de relación entre esos sitios y hallazgos.
Osamentas en posición sentada son las terceras que se encuentran en El Salvador, ya que en 2009 otra similar fue descubierta en las ruinas de Tazumal, en el municipio de Chalchuapa, departamento de Santa Ana (oeste), fronterizo con Guatemala.
Debido a la ceniza de la erupción del volcán de Ilopango, que se produjo entre los siglos V y VI, cuyo cráter ahora es el lago de Ilopango (centro) las osamentas tienen un "buen estado de conservación". Los tres esqueletos estaban acompañados por ofrendas (una olla, un cuenco de barro, un cántaro, una orejera y cuentas de conchas).
De acuerdo al antropólogo y secretario de Cultura de la Presidencia salvadoreña, Ramón Rivas, la posición de las osamentas sentadas significa que se "trataba de personalidades y gente que estaba en la cúspide de una estructura organizativa". "Cuando eso se encuentra en una comunidad así, significa que la comunidad pudo haber sido mucho mayor que lo que nos estamos imaginando, y esto sólo lo vamos a entender en base a futuras investigaciones", agregó.
Según las investigaciones preliminares, el sitio arqueológico Nueva Esperanza "es como un pueblo que se dedicaba a la producción de sal en el período prehispánico", indicaron los arqueólogos.
Este sitio arqueológico fue descubierto en 2007 de forma "fortuita", cuando habitantes de la zona estaban instalando una tubería y encontraron "un montón de cerámica y algunos huesos". Con los hallazgos de las excavaciones, se ha construido un pequeño museo en el lugar.
Mediante la investigación se podrá determinar el patrón funerario de la época y qué relación tuvo el lugar con la erupción del volcán Ilopango, entre otros aspectos. Las excavaciones arqueológicas continuarán en la zona. Actualmente se está haciendo todo lo necesario para declarar Nueva Esperanza como patrimonio cultural.