Mariella Molina, cónsul general de Ecuador en Guangzhou saluda a Hu Chunhua, secretario general del Partido Comunista de Guangdong, durante un encuentro con delegaciones consulares.
Pueblo en Línea:
¿Por qué le motivó China? ¿Fue difícil integrarse?
Mariella Molina:
Al principio me establecí representando a una empresa familiar. Siempre cuando acabas de llegar a un lugar, las puertas no se te abren fácilmente, como por arte de magia. Es necesario ganarse la confianza de las personas, de las instituciones. Tienen que conocerte y tienes que probar quien eres, de que eres capaz, que puedes ofrecer. China era, de cierta forma, un mundo muy singular y desconocido. Tuve que aprender mucho. Una realidad totalmente diferente a la que yo había experimentado en Occidente. Las diferencias y patrones culturales definen a la hora de dialogar, de hacer equipo, de cerrar negociaciones, de aunar enfoques. Sin embargo, creo que el factor de triunfo - en mi caso particular- lo marcó la perseverancia y el tesón. Después del momento más duro, que es la etapa de adaptación, todo comenzó a fluir hasta hoy en día. Sin dudas, la constancia ha sido la herramienta para lograr las metas que me tracé cuando decidí venir a vivir en China.