Ayuda al exterior china enlaza los sueños de China y el mundo

Actualizado a las 11/07/2014 - 09:59

Palabras clave：sueño chino

Por Chen Shilei

BEIJING, 10 jul (Xinhua) -- La ayuda al exterior de China, paradigma de la cooperación Sur-Sur y de la ayuda mutua entre los países en vías de desarrollo, ha promovido el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, integrando así el sueño chino con el del mundo.

Hace medio siglo, el entonces primer ministro chino Zhou Enlai expuso los Ocho Principios de la Ayuda al Exterior, la base de la política de la ayuda al exterior de China.

El jueves, China publicó un libro blanco en que detalló la asistencia al exterior brindada por el país entre 2010 y 2012 para demostrar su determinación de continuar sus actividades en este sentido sobre la base de los principios del respeto mutuo, la igualdad, el cumplimiento de las promesas y el beneficio recíproco.

Una mirada retrospectiva a los 64 años de historia de la ayuda al exterior china demuestra que se ha tratado de una asistencia mutua basada en la igualdad, el desarrollo común y la profundización de la amistad entre China y otros países en vías de desarrollo.

Hasta 2010, China brindó ayuda a 161 países y más de 30 organizaciones internacionales y regionales por valor de unos 41.030 millones de dólares estadounidenses.

De 2010 a 2012, China destinó 14.410 millones de dólares a la asistencia al exterior en las formas de donaciones, préstamos libres de intereses y préstamos con condiciones muy favorables, según el libro blanco divulgado el jueves.

China ha ofrecido ayuda al exterior en formas tales como asumir proyectos completos, enviar equipos médicos y voluntarios, brindar ayuda humanitaria de emergencia, y reducir o condonar las deudas de los países beneficiarios.

La ayuda al exterior de China ha permitido a los países beneficiarios desarrollar su economía nacional, mejorar la vida de su pueblo y promover el progreso social, lo que le ha ganado el respeto y la confianza de dichos países y ha mostrado al mundo que China es un importante país en vías de desarrollo responsable.

Además, el modelo chino de proveer ayuda al exterior se adhiere a los principios de no imponer ninguna condición política, no interferir en los asuntos internos de los países beneficiarios y respetar cabalmente su derecho a elegir independientemente sus propios caminos y modelos de desarrollo.

China, que todavía es un país en vías de desarrollo, trata a los países receptores de ayuda equitativamente, sin tener en cuenta la diferencia en sus tamaños.

China siempre considera la concesión de ayudas a los otros países en vías de desarrollo como un deber internacional que se debe cumplir. Ha ayudado a los países beneficiarios a llevar a cabo proyectos relacionados estrechamente con la producción y la vida de la gente local, ha compartido su experiencia con estos países y ha mejorado efectivamente el nivel de su autodesarrollo.

Hoy, China se enfrenta a un entorno internacional crecientemente complicado para la asistencia al exterior, cuando un mundo multilateral y globalizado está afrontando retos globales como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la contaminación ambiental, además de los desequilibrios en la economía mundial y la diferencia cada día más grande entre ricos y pobres.

En casa, China tiene que enfrentarse a la ardua tarea del desarrollo. Aun así, China nunca abandona su misión de brindar asistencia al exterior, dado que esto refleja la necesidad de fomentar la cooperación Sur-Sur y la filosofía de construir una comunidad de destino compartido.

Como socio responsable en la arena internacional, la ayuda al exterior de China concuerda con los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, que van desde reducir a la mitad las tasas de pobreza extrema hasta detener la propagación del VIH/SIDA y proveer de educación primaria universal para 2015.

En una era de búsqueda del progreso de la civilización y el desarrollo pacífico, China está dispuesta a trabajar con la comunidad internacional para contribuir a construir un mundo armónico y hacer del siglo XXI una centuria que permita a todo el mundo compartir los frutos del desarrollo.