1.Pasan seis meses congeladas y sobreviven
Las ranas de la madera de Alaska pasan el duro invierno congeladas. Literalmente. Estos animales tienen una tolerancia extrema al frío, de forma que pueden quedarse quietas meses y meses en sus hibernáculos, creados entre la hojarasca del suelo, a temperaturas que alcanzan los 20ºC bajo cero. Después, milagrosamente, «vuelven a la vida» durante la primavera. El truco consiste en cubrir sus células con glucosa (un tipo de azúcar) que reduce el secado y las estabiliza, lo que los científicos llaman un proceso de crioprotección. Puedes leer más sobre esta rana en este enlace.