Pekín, 07/07/2015(El Pueblo en Línea)-Documentos históricos acerca de la agresión japonesa durante la II Guerra Mundial en exhibición en una exposición del Museo de Historia de China en Ultramar de Pekín, el sábado. Yin Yafei para China Daily.
Más de 1.000 documentos históricos privados que registran delitos de militares japoneses durante la II Guerra Mundial han sido donados al Museo de Historia de China en Ultramar de Pekín.
Para conseguir una audiencia lo más grande posible, los documentos estarán en exhibición al principio en el Memorial Contra la Agresión Japonesa al Pueblo Chino a partir del martes, dijo Qiao Wei, portavoz de la Federación de Chinos Repatriados.
Los documentos, guardados durante años por Hsu PoYih, un artista y filántropo de Taiwán, abarcan datos desde 1894 a1936, e incluyen documentos distribuidos internamente por las tropas japonesas durante la guerra, así como ejemplares del periódico AsahiShimbun.
«Estos materiales tienen gran valor para el estudio de la historia de la guerra, lanzada por los militaristas japoneses hace más de medio siglo», dijo Ruan Jianxin, ex curador del Museo Militar de la Revolución del Pueblo Chino, durante la ceremonia de donación el sábado.
Los documentos formaron parte de colecciones personales de Hsu.
Qiao dijo que Hsu recogió los materiales al azar al principio, pero más tarde se dio cuenta de que eran importantes y debía conservarlos.
"Aunque la historia se pueda distorsionar, estas reliquias siempre hablarán por si mismas", dijo Hsu.
Cuando Hsu se enteró que el museo de Pekín buscaba pruebas y material sobre la II Guerra Mundial por todo el mundo, decidió donar su colección.
Pasó casi un año clasificando el material, almacenado en ocho almacenes de Taiwán.
Lo guardó en cajas fuertes para su traslado a Pekín en mayo.
Cuando Hsu estaba se encontraba en una gira de exhibición de arte por todo el mundo el año pasado, él declinó invitaciones de empresarios japoneses que se habían comprometido a organizar grandes exposiciones de manera gratuita. Hsu también rechazó las solicitudes de los enviados del primer ministro japonés Shinzo Abe, que ofreció grandes sumas de dinero por los documentos.