BEIJING, 26 jul (Xinhua) -- Mientras el mundo conmemora este domingo el 70º aniversario de la firma de la Declaración de Potsdam, varios expertos aseguran que la celebración tiene una gran trascendencia realista en las actuales circunstancias internacionales.
El escrito, que estipuló los crímenes de Japón durante la Segunda Guerra Mundial y determinó los principios por los que ese país debía comportarse tras la contienda, fue un importante documento para sentar las bases del orden internacional postbélico y proteger la paz en Asia y el resto del mundo.
Actualmente, algunos están cuestionando los resultados de la Segunda Guerra Mundial. Haciendo caso omiso de la fuerte oposición popular, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha conseguido la aprobación de un nueva legislación de seguridad que podría relajar el confinamiento militar de su país.
En este contexto, varios expertos han dicho a Xinhua que conmemorar el 70º aniversario de la firma de la Declaración de Potsdam contiene un gran significado realista.
El presidente del Partido Comunista de Japón, Shii Kazuo, mostró su sorpresa por que Abe no hubiese leído atentamente la declaracion: un breve documento histórico que marca el punto de partida de la democratización japonesa tras la guerra.
"Un primer ministro que no ha leído con atención la declaración no merece el cargo", afirmó Kazuo.
Entre tanto, Fumio Saito, catedrático honorario de la Universidad de Kyushu, aseguró que el escrito no sólo puso las bases del orden postbélico mundial caracterizado por la democratización y la no militarización, sino que también marcó el principio de Japón como país democrático.
A su juicio, es absolutamente inaceptable que algunos políticos busquen un cambio enorme en la política de seguridad de Japón denunciando el documento.
Para Andrei Ivanov, investigador del Centro de Estudios sobre Asia Oriental y la Organización de Cooperación de Shanghai, el documento, que exigía a Japón la rendición incondicional, reiteró los principios básicos establecidos en la Declaración de El Cairo de 1943 y sirvió como importante documento internacional que ha sentado las bases para mantener la paz tras la guerra.
Por lo tanto, celebrar su septuagésimo aniversario lleva consigo un significado nuevo y realista en un momento en que algunos políticos en Japón se cuestionan los resultados de la contienda.
Por su parte, Muhammad Abdel-Wahab Al-Sakit, antiguo embajador de la Liga Arabe en China e investigador del centro de Estudios sobre China de la Universidad Helwan de Egipto, afirmó que las declaraciones de Potsdam y El Cairo son de gran importancia para fomentar la paz y proteger el orden postbélico.
Es precisamente debido a ese fomento que hacen la Declaración de Potsdam y otros documentos legales, que se han formado en todo el mundo muchas organizaciones e instituciones internacionales destinadas a esparcir la noción de paz, promover el desarrollo y el progreso y salvaguardar la imparcialidad y la justicia.
Sin embargo, anotó Al-Sakit, el espíritu de estas dos leyes internacionales está lejos de estar adecuadamente cumplido.
Los países, especialmente las potencias de Occidente, deben abandonar sus dobles estándares al tratar los asuntos mundiales y coordinar sus esfuerzos para salvar la distancia salarial entre ricos y pobres en el globo y promover el desarrollo de los seres humanos, puntualizó.
Al subrayar la importancia de los dos documentos, Tseng Hui-yi, investigador del Instituto de Asia Oriental de la Universidad Nacional de Singapur, manifestó que, tras la Segunda Guerra Mundial, Tokio ha venido evitando la definición del estado del Japón postbélico que ambos hacen y se ha venido negando a arrepentirse de la parte oscura de su historia.
Es muy peligroso que Shinzo Abe flexibilice las restricciones de la constitución pacífica cuando muchos japoneses conocen poco sobre el pasado del país debido a la falta de educación histórica, dijo.
Tseng agregó que es muy natural que otros países de Sudeste Asiático se preocupen por la intención de Japón de embarcarse de nuevo en su viejo camino de militarismo si el país no reflexiona sobre su pasado y atribuye su derrota en la guerra a una falta de autodefensa.
Terry Charman, historiador del Museo de Guerra Imperial de Londres, indicó a Xinhua que quedó sorprendido de que Japón "hubiera sido tan militarista y tan agresivo en su política exterior, con el ejército como una casta que podía hacer cualquier cosa en el periodo prebélico y definitivamente durante la guerra".
Recordó que la Declaración de Potsdam exigió la rendición incondicional de Japón y lo privó de su poder militar.
"El escollo de Japón consiste en que, mientras que en Alemania la culpa del Holocausto y otros crímenes del régimen nazi han sido completamente reconocidos por los alemanes, en Japón no ocurre lo mismo", explicó.
En este sentido, dijo, "creo que en el momento la actitud fue 'hemos perdido la guerra, seguimos adelante. No volvamos al pasado'. Creo que esa actitud se da incluso más en Japón porque tal vez no se consideran 'culpables'".