Por Liu Xuxia y Yasef Ananda
Pekín, 11/08/2015(El Pueblo en Línea)-Hace 12 años, cuando Esteban Zottele, argentino criado en México, llegó a China para cursar estudios superiores, tal vez nunca imaginó que en Pekín llegaría a consolidar proyectos tan osados como el popular restaurante Xalapa, formar un hogar junto a su esposa china Angela Zhang y rápido aplatanarse a la dinámica social capitalina.
"El primer Xalapa lo abrí hace 20 años en Buenos Aires y desde que llegué a China siempre tuve latente la idea de abrir un restaurante Xalapa, pero no sucedió hasta que encontré a mi amigo pekinés Wang Shun, el socio adecuado. Aquí abrimos en noviembre de 2013, con una carta variada. Creo que es importante el contexto tradicional donde Xalapa se encuentra, ya que ofrecemos comida tradicional mexicana. Eso refuerza nuestro concepto", comenta Zottele, mientras instruye al personal en fluido mandarín.
Sin embargo, a pesar del éxito logrado como empresario, unido a su incesante quehacer como investigador y representante en China de la Universidad Veracruzana, Zottele no deja de sorprendernos con nuevas iniciativas donde China y México siempre van de la mano.
En la calle tradicional Huguosi, zona de latentes cercanías y entrañables hutones, el matrimonio Zottele-Zhang acaba de inaugurar la primera tienda especializada en artesanías mexicanas de Pekín, que ya ha sido bautizada por los clientes como "La esquina de México".
"La esquina de México surge de una combinación de factores: de la relación con Juan Manuel García, conocedor de la artesanía y el interés de mi esposa Angela por el arte mexicano. También debido al apoyo de mi padre y a otros acontecimientos fortuitos, sumados al gran interés de muchos clientes chinos del restaurante Xalapa que pedían comprar la artesanía del local, pero no se podía vender ya que forma parte de la decoración. Fue entonces cuando decidimos abrir una tienda especializada en artesanía mexicana", explica Zottele.
En México, los objetos creados utilitarios así como el arte folklórico son colectivamente conocidos como “artesanía”, ya que ambos comparten una historia similar y son una parte valiosa de la identidad nacional. La artesanía tradicional mexicana es una mezcla de técnicas y diseños indígenas y europeos. Esta mezcla llamada “mestizaje”, fue particularmente promovida por la élite política, intelectual y artística de principios del siglo XX, después de que la Revolución Mexicana derrocara el estilo francés.
Hoy en día, la artesanía es una de las mayores atracciones que tiene México en el exterior. Sin embargo, la competencia con los productos hechos en fábrica y las imitaciones baratas hace díficil un promisorio futuro para la industria artesanal mexicana.
Para Angela Zhang, joven diseñadora de modas de Hebei, quien ha decorado y pintado algunos de los hermosos murales del restaurante Xalapa, comercializar en China la artesanía mexicana es una manera de mantener vivas las tradiciones de los pueblos originarios.
"Todos los productos vienen directamente de México, realizados por artesanos autóctonos, no son copias hechas en China. También muchos amigos mexicanos nos ofrecen productos de sus colecciones, lo que refuerza el concepto de intercambio cultural que nos interesa promover", destaca Angela.
Como parte del extenso catálogo de "La esquina de México", el cliente chino puede adquirir productos utilitarios, confecciones masculinas y femeninas, hermosos tapetes de Oaxaca, piezas de cerámica de Michoacán, la mundialmente conocida talavera de Puebla, accesorios, trabajos de repujado en cobre, orfebrería en plata, tallado en piedra y hasta piezas exclusivas hechas en obsidiana.
"También tenemos objetos representativos de la cultura mexicana, por ejemplo, los sombreros típicos mexicanos, los alebrijes -animales imaginarios hechos en madera o papel- y los árboles de la vida, desde 10 cm hasta 1 metro de altura", agrega Zhang.
"China es compleja y sencilla, es antigua y moderna. Esa combinación de factores contradictorios me atrae. Yo vine a aprender y todos los días aprendo. Debido a la distancia con el país de origen, también es una oportunidad para aprender a entenderse a uno mismo", confiesa Zottele.