BUENOS AIRES, 27 ago (Xinhua) -- El acuerdo swap de monedas locales entre Argentina y China en julio de 2014 con una extensión de 36 meses sirvió como "puntapié" para la baja del endeudamiento externo del país sudamericano, destacó hoy jueves un informe especializado.
Bajo el título "Una buena: bajo endeudamiento externo", la consultora Ecolatina recordó que "durante la segunda mitad del siglo XX, la carga de la deuda pública nacional ha sido un serio escollo para la economía argentina, siendo el momento más crítico la crisis de 2001-2002".
Sin embargo, dijo, "por la reestructuración de 2005 y el aislamiento respecto de los mercados financieros internacionales durante varios años, la deuda pública argentina como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) ha descendido, fundamentalmente por la caída de endeudamiento externo".
Ecolatina señaló que "el año pasado la deuda pública nacional ascendió a 221.700 millones de dólares (43 por ciento del PIB) pero sólo 13 por ciento del PIB corresponde a deuda externa, lejos de 2001 cuando estos ratios eran del 54 y el 32 por ciento del PIB, respectivamente".
"Cabe destacar que el descenso de la deuda externa se revirtió hacia finales de 2014. El puntapié inicial lo dio el swap con China por 11.000 millones de dólares (de los cuales alrededor de 9.000 millones ya están incluidos en las reservas internacionales)", resaltó Ecolatina.
La semana pasada, otra consultora privada, Econométrica, había dicho que el acuerdo swap entre Buenos Aires y Beijing "salvó el 2015" para el país sudamericano, al "aislarlo del vendaval internacional".
En ese marco, al acuerdo con China "le siguieron las colocaciones (de bonos) bajo ley extranjera del BONAR 2024 por parte del Gobierno por 1.700 millones de dólares (diciembre de 2014 y abril de este año), la de bonos de (la petrolera) YPF por 2.000 millones (febrero y abril de 2015) y de provincias (como Ciudad de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires) por casi 1.000 millones".
"Sin duda, estas colocaciones y el acuerdo con China marcan la vuelta al endeudamiento externo. Los dólares frescos conseguidos en los últimos meses han permitido al Gobierno postergar una corrección cambiaria, compensando el creciente déficit de divisas proveniente del intercambio de bienes y servicios", explicó.
Según el informe, "tras un año de mayor endeudamiento externo por parte del Gobierno (que inició a finales de 2014 y que continúa a lo largo de 2015), el próximo presidente electo contará con condiciones favorables en lo que respecta a la deuda pública".
De acuerdo a las proyecciones del informe, en diciembre de 2015 la deuda pública argentina ascendería a 240.000 millones de dólares, esto es 18.300 millones más que al cierre de 2014.
"Sin embargo, en términos del PIB el ratio se mantuvo estable en torno al 43% de PIB", comparó.
Esta cifra excluye la deuda pendiente con los fondos especulativos de inversión que litigan contra Argentina en tribunales de Estados Unidos y Europa, al haber rechazado ingresar a los canjes de deuda instrumentados en 2005 y 2010.
"Si ésta se tuviera en cuenta, en el peor de los casos se deberían incluir aproximadamente 15.000 millones de dólares adicionales, lo cual representa el 3 por ciento del PIB. Esta incorporación elevaría la deuda pública nacional a 255.000 millones de dólares (46 por ciento del PIB), aún por debajo del ratio de 2001 (54 por ciento)", puntualizó el estudio.
Para Ecolatina, "mejoró notablemente la composición de la deuda y el perfil de vencimientos", ya que "en 2015 sólo un tercio de la deuda pública nacional corresponde a deuda externa (14 por ciento del PIB), lejos del 60 por ciento registrado a finales de 2001 (32 por ciento del PIB)".
"Si a esto se excluye la deuda contraída con organismos de financiamiento internacional (que es más sencilla de refinanciar), entonces la deuda en moneda extranjera con privados y el Club de París ascendería solamente al 10 por ciento del PIB, niveles mínimos históricos", resaltó.
La contracara de este descenso de la deuda externa es el incremento de la deuda interna, que hoy alcanza el 29 por ciento del PIB, frente al 22 por ciento en 2001, año de la crisis que atravesó Argentina, tercera economía de América Latina detrás de Brasil y México.
A modo de síntesis, Ecolatina señaló que "dados los bajos niveles de deuda externa y vencimientos con los que se contarán en los próximos años, apelar al financiamiento externo luce extremadamente tentador".
"Con un mayor acceso a los mercados de crédito internacional (a tasas más cercanas a la región), el próximo presidente deberá elegir a qué destinará el financiamiento", puntualizó.
Por un lado, "puede apelar al crédito externo para morigerar el costo de las correcciones de los desequilibrios macroeconómicos existentes (principalmente en el frente cambiario y el fiscal). Pero también puede apelar al endeudamiento externo simplemente para posponerlas".