Los resultados de China demuestran que el sistema socialista, tomando en cuenta las peculiaridades de cada país, trabajado con inteligencia, con compromiso y coherencia, es superior al sistema capitalista. (Foto: Liu Xuxia)
Pueblo en línea:
Desde el inicio del proceso de actualización del modelo económico cubano ¿Cuáles han sido los principales logros?
Miguel Díaz-Canel:
Poder desatar fuerzas productivas y abrir al sector no estatal de la economía. Entender, sin prejuicio alguno, que necesitábamos un sector no estatal de la economía como un complemento de la economía estatal. De alguna manera, ya es una realidad en Cuba. Ahora avanzamos hacia otras formas de ese sector no estatal como es el sector cooperativo, entendiendo que no es el sector no estatal de un país neoliberal sin compromiso ninguno con la sociedad.
El sector no estatal que hemos reconocido y que se está desarrollando en Cuba está en la planificación de la economía cubana. Este sector tiene incluido, año por año, el por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) que debe aportar y de la fuerza de trabajo que debe desarrollar. Y también lo que hay que invertir para abordar facilidades de ese sector en materias primas e insumos que le permita desarrollar sus producciones y servicios. Yo creo que ese ha sido un paso de avance porque, además, descargó al Estado de todo un grupo de problemas.
Por otra parte, se han perfilado un conjunto de políticas que han ido organizando procesos en nuestro país. También es destacable la manera integral en que se están haciendo los análisis. La gente dice que vamos muy lento. Yo lo que creo es que hay tanto problema acumulado que para no hacer las cosas mal hechas se ha tomado una dinámica que permita trabajar con profundidad. Hoy en día tenemos un método científico en la manera de abordar los problemas. Por ejemplo, cada vez que se va a presentar una política, en cualquiera de los temas, para aprobarla primero se hace un estudio de todo lo que hay en el mundo, lo que se conoce académicamente como el estado del arte. Después se hace un diagnóstico de todos los problemas del país, que incluye por donde ha transitado la historia y en que momento estamos. Y a partir de ese diagnóstico se hacen las propuestas de principios y de políticas, buscando coherencia para que cada elemento incluido solucione o de respuesta a la problemática acumulada. Y con todo eso, entonces se hace un calendario de implementación que incluye siempre consultas a la población, a sectores determinados, a expertos y a líderes de opinión. Además se valora el impacto económico y los elementos jurídicos de esa política, porque tú sabes que después en la práctica existía un complejo entramado de resoluciones y leyes, incluso unas que contradecían a otras. Con esta herramienta se logra cuando se va a aplicar una política que el cuerpo legal elimine y deseche lo que tenga que ser desechado e integre normas jurídicas coherentes. Esta manera de trabajar también es una virtud que hoy tenemos.
Ahora empezamos a avanzar en cosas más complejas y vamos teniendo algunos resultados. Aunque la dinámica de hoy no es la que queremos, la empresa estatal socialista va adquiriendo una dinámica diferente. Por ejemplo, la empresa biotecnológica y farmacéutica cubana, a partir de su eficiencia, hoy es una entidad innovadora, ha elevado sus niveles productivos y hoy tiene posibilidades de pagar mejor a sus trabajadores y todo esto, por supuesto se revierte. Y así están varios procesos donde participa la empresa estatal cubana.
También haber actualizado la ley de inversión extranjera, con todo el marco de facilidades y seguridad que ofrece al inversionista, es uno de los logros que hemos tenido en esta etapa.
Es importante haber podido mantener resultados en lo económico preservando las conquistas sociales, dentro de la alta complejidad de este proceso. Y fundamental resulta la participación que va teniendo el pueblo. No estamos aplicando una política de choque o lo que se le ocurrió a tres o cuatro personas, sino que estamos hablando de algo que constituyó un verdadero debate popular.
Todavía hay mucho que consolidar. Lograr que lo que se va haciendo en lo macroeconómico tenga un mayor impacto en la vida doméstica de la gente. De hecho, este año puede ser el primero en que veamos que hay un resultado significativo, no quiero decir satisfactorio, pero sí significativo en los resultados de la implementación de la política. Este año podremos crecer alrededor de un 4 por ciento. Eso significa que saldríamos de la desaceleración que teníamos en el crecimiento del PIB, aunque todavía no llegamos a los niveles que necesitamos de un 7 por ciento estable durante varios años, con un incremento del 20 por ciento en las inversiones.