El 20 de septiembre, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, dijo que su país aceptará 85.000 refugiados de todo el mundo en próximo año, en comparación con la cifra previa de 70.000, debido a las presiones ejercidas sobre la administración Obama para aceptar a más afectados por la crisis siria.
"Estados Unidos no es un espectador desinteresado de la crisis de refugiados de Europa. Si se maneja mal, la creciente afluencia de refugiados representará múltiples desafíos para los intereses estadounidenses y podría ser un elemento decisivo en las relaciones trasatlánticas", dijo Ian Lesser, analista político de Marshell Fund de Alemania.
"En opinión de muchos europeos, Estados Unidos ya está implicado en la actual crisis. No es extraño escuchar que la actual afluencia sin precedentes de refugiados es el resultado directo de una estrategia fallida hacia Afganistán, Irak, Siria y el Medio Oriente en general", agregó.