Por temor a ser deportados de República Checa a su país de origen, algunos refugiados de la instalación del centro de detención de Drahonice comenzaron el martes una huelga de hambre y hoy no se presentaron a desayunar, dijo una vocera del gobierno.
La vocera del Ministerio del Interior, Lucie Novakova, dijo hoy que los refugiados decidieron iniciar la huelga luego de que República Checa regresó el martes a 40 extranjeros al país de la Unión Europea (UE) en el que solicitaron asilo.
Posteriormente se propagó entre algunos refugiados la información falsa de que algunos extranjeros fueron enviados de regreso a su país de origen, dijo la vocera. Esta es la razón por la cual algunos de los refugiados empezaron a decir que podrían ponerse en huelga de hambre, dijo.
Voluntarios que trabajan en el centro informaron que la huelga de hambre continúa y que algunos de los refugiados que participan en ella enfrentan problemas de salud. Un voluntario dijo que tres refugiados se causaron ellos mismos lesiones.
De acuerdo con Novakova, el martes, 28 refugiados rechazaron la comida y 40 no se presentaron a desayunar hoy por la mañana.
La vocera dijo que no es claro cuántos refugiados han iniciado la huelga de hambre. El personal de la instalación explicó los hechos a los refugiados para tratar de convencerlos para que comieran.
Mikulas Vymetal, un sacerdote protestante en contacto con los refugiados, dijo que 44 de ellos, 43 iraquíes y un somalí, todos del centro de detención de Drahonice, iniciaron la huelga de hambre para protestar por su prolongada detención en República Checa y su posible deportación a sus países de origen.
En una declaración firmada con las iniciales de dos refugiados y presentada por Vymetal, se indica que los refugiados, en su mayoría iraquíes, se quejan de estar detenidos en el país durante más de 90 días en algunos casos. Vymetal dijo que el temor de los refugiados viene del hecho de que algunos de ellos han recibido una decisión sobre su deportación y temen el regreso a su país de origen.
El ministro del Interior checo, Milan Chovanec, dijo que es positivo que algunos migrantes indocumentados sean regresados al país en el que solicitaron asilo.
La antigua prisión de Drahonice fue convertida recientemente en centro de detención para los migrantes indocumentados y opera desde principios de octubre. Más de la mitad de sus 240 camas están ocupadas en la actualidad y sólo hay hombres en la instalación.