Con base en la equidad y responsabilidades iguales pero diferenciadas así como las respectivas capacidades, el Acuerdo de París establece el objetivo de mantener el aumento de la temperatura promedio global por debajo de los dos grados Celsius respecto a los niveles preindustriales y luchar por limitar el incremento de temperatura a 1.5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.