Pese a que Arabia Saudí fue el último de los países árabes en establer relaciones diplomáticas con China, en los últimos años el desarrollo de estos lazos ha logrado avances notables, dijo el embajador chino en el reino, Li Chengwen.
El enviado de Beijing hizo las declaraciones en una entrevista con Xinhua en vísperas de la visita que efectuará la próxima semana a ese país del Medio Oriente el presidente chino, Xi Jinping.
Según el embajador, en los últimos años tuvieron lugar constantes intercambios de alto nivel, el rápido crecimiento de los lazos comerciales e intensas interacciones interpersonales y culturales entre los dos países.
Xi visitó Arabia Saudí en 2008 como vicepresidente mientras el exjefe del Estado chino Hu Jintao lo hizo en 2006 y 2009.
El fallecido rey de Arabia Saudí Abdullah bin Abdulaziz Al Saud viajó a China como príncipe heredero y después de heredar el trono. El actual rey, Salman bin Abdulaziz Al Saud, visitó Beijing en 2014 cuando era heredero.
"Esta frecuencia de visitas de alto nivel expresa la firme determinación de los líderes de ambas partes de promover los lazos bilaterales", dijo Li.
La cooperación económica y comercial entre los dos países también ha sido más dinámica en estos años.
Arabia Saudí ha sido durante largo tiempo el mayor socio comercial de China y su primer suministrador de petróleo en Africa y Asia Occidental, mientras China es el segundo socio comercial de Arabia Saudí.
Según datos oficiales, el comercio entre los dos países llegó a 69.150 millones de dólares en 2014, 230 veces más que en 1990, cuando se establecieron las relaciones diplomáticas.
En 2014, China importó 50 millones de toneladas de crudo de Arabia Saudí, es decir, el 16,1 por ciento de todas sus importaciones de esta materia prima.
Arabia Saudí también es un mercado clave para las compañías chinas de ingeniería. Solo en 2014, los inversionistas chinos firmaron una serie de acuerdo con sus socios en el país de Oriente Medio por valor de 9.470 millones de dólares.
Actualmente, más de 160 empresas chinas han invertido en Arabia Saudí en las áreas de ferrocarriles, construcción, puertos, plantas de energía y telecomunicaciones.
El enviado chino detalló que los dos países comparten una enorme complementariedad económica y un gran potencial de cooperación.
Arabia Saudí es un país con grandes recursos energéticos pero débil en infraestructuras, mientras que China es un fabricante con experiencia pero procura más energía para mantener su crecimiento económico, agregó.
Li consideró que las dos partes pueden lograr beneficios mutuos bajo el marco de la iniciativa china de la Franja y la Ruta.
El embajador destacó que Riad se ha incorporado al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII) y ha expresado su voluntad de formar parte de la iniciativa de la Franja y la Ruta, una señal clara de que busca reestructurar su economía en un momento en el que se espera que los precio del petróleo sigan bajos.
En la entrevista, Li dijo también que los intercambios interpersonales y culturales bilaterales se están avivando.
Recordó que en 2008, tras el fuerte terremoto que sacudió la provincia suroccidental china de Sichuan, Riad ofreció a Beijing asistencia generosa y puntual, la mayor en términos cuantitativos de toda la brindada a China.
En los últimos años se ha registrado una cantidad récord de turistas saudíes a China. Además, el número de musulmanes chinos que peregrinan anualmente a la Meca en Arabia Saudí se va incrementando y llegó a 14.500 el año pasado.
Sobre las perspectivas de los lazos bilaterales, Li dijo que China y Arabia Saudí son representantes de dos civilizaciones importantes que pueden impulsar el diálogo intercultural y establecer un ejemplo de que culturas diferentes pueden adaptarse y aprender unas de otras.
China y Arabia Saudí, como víctimas del terrorismo, también pueden aunar sus esfuerzos para afrontar esta amenaza y ayudar a promover la estabilidad y el desarrollo en la región de Oriente Medio.