”Algunos infantes tienen mucha sensibilidad a la melodía, y prefieren los movimientos suaves y elegantes, como las danzas folklóricas y la salsa, mientras a otros les atrae el fuerte beat, el ritmo, pues tendrá más curiosidad por aprender el Hip Hop, o el estilo libre”, precisó.
Por supuesto, hay niños que vienen por obligación de los padres y, sintiendo mucha resistencia, a Shi le suelen decir, “No, no me gusta bailar para nada”.
”Es importante tener mucha paciencia con los menores y orientarlos a que desarrollen el afán por bailar”, enfatizó el artista originario de Beijing, afirmando que a medida de cada progreso, los niños vienen construyendo más autoestima y confianza en sí mismo, a la vez de descubrir en sí el amor por la música, por el bailar, y por la vida en general.
A fin de garantizar la calidad de la enseñanza, Shi es exigente en cuanto a la contratación de profesores e instructores. “La integridad como un ser humano se antepone a todos los demás méritos”, aseguró.
En segundo lugar, vienen la paciencia, las técnicas de comunicación, las habilidades de enseñar, cuidar de los alumnos y bailar, la puntualidad, la confiabilidad, o sea todas las calidades supremas de un buen educador, y se las exige a la vez.