Incluso el centro de Beijing también ha sido afectado. La semana pasada, la capital experimentó su lluvia más severa en años, lo que ocasionó alteraciones en el tráfico ferroviario, carretero y aéreo. La autoridad meteorológica emitió una alerta naranja por tormentas, la segunda más alta del sistema de alerta de cuatro niveles de China.
El observador en jefe del Centro Meteorológico Nacional, Zhou Bing, dijo que "la fuerte lluvia (de este año) está vinculada estrechamente a 'El Niño', que es el más fuerte desde 1951".
El presidente chino, Xi Jinping, ordenó que se hagan todos los esfuerzos para controlar y combatir las inundaciones, e insistió en que la seguridad de la gente debe ser la máxima prioridad.
Durante un simposio la semana pasada, Xi dijo que los comités del Partido Comunista de China (PCCh) y los gobiernos de diversos niveles deben fortalecer el liderazgo sobre el control de inundaciones y trabajo de ayuda.
El presidente dijo que debe hacerse todo para garantizar la seguridad pública, incluida la reubicación de quienes se encuentren en áreas en riesgo, sobre todo de los ancianos que viven solos y de los niños que han sido dejados por sus padres migrantes.