Acuerdo de Paz entre FARC y gobierno de Colombia puede enriquecerse, pero no renegociarse, afirma "Timochenko"
LA HABANA, 12 oct (Xinhua) -- La paz de Colombia es un hecho irreversible y una realidad incuestionable a pesar de la actual coyuntura. Han sido seis años desde el inicio privado de las conversaciones donde la voluntad, altruismo, responsabilidad y conciencia de la importancia de la reconciliación nacional, han fijado el rumbo de un proceso complejo pero necesario.
Cuando han transcurrido hoy 10 días del plebiscito en el país para someter a consideración el Acuerdo Final de Paz suscrito entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que dio una controversial victoria a los partidarios del No, comienza en La Habana una nueva etapa de diálogos.
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Un período "corto", donde ambas partes han acordado escuchar a todos los sectores de la sociedad con sus inquietudes y propuestas que tributen al pacto firmado el pasado 26 de septiembre en Cartagena de Indias, aseguró en entrevista exclusiva para Xinhua el máximo líder de la guerrilla, Rodrigo Londoño, alias Timoleón "Timochenko" Jiménez.
"Somos optimistas, aquí no estamos hablando de renegociar, creo que eso se sale del sentido común (...) aquellas críticas o aportes positivos que podamos introducir en el acuerdo, bienvenidos sean, siempre y cuando vayan en función de eso, de enriquecerlo", señaló.
El comandante de las FARC agregó que desde el 3 de octubre las partes vienen trabajando, intercambiando ideas con actores políticos colombianos y de la comunidad internacional, en la búsqueda de una solución lo más pronto posible para este impasse.
"Se están encontrando fórmulas que nos van a garantizar la continuidad de la implementación del acuerdo y lo que nos toca es seguir con mucha fuerza", aseveró.
El líder de la guerrilla más importante de Colombia consideró que los resultados del plebiscito (50,22 por ciento a favor del No contra 49,78 por ciento del Sí, con una abstención del 63 por ciento), analizados y depurados en el transcurrir de los días, no fueron un "fracaso", sino una muestra de la realidad política del país.
"Algo bien paradójico, hay sectores que nos han apoyado a nosotros a lo largo de estos casi 52 años que votaron por el No porque no quieren que desaparezcamos como organización armada, porque piensan que van a quedar inerves ante un Estado que toda la vida ha sido represivo y excluyente", expresó.
El comandante guerrillero reconoció que este obstáculo (el del No) es oportuno para analizar los errores cometidos por ambas partes en la negociación y en la divulgación de lo acordado en La Habana tras casi cuatro años de diálogo formal.
"Ha faltado pedagogía, más explicaciones a esos sectores para que den su apoyo. En distintos momentos se señaló, pero de pronto no se le puso cuidado a las voces que decían que era necesario darle más participación a la gente, aunque hubo participación en cada uno de los puntos", indicó.
"Timochenko" subrayó iniciativas como los foros realizados, donde la ciudadanía tuvo la posibilidad de plantear sus ideas relativas a los seis tópicos debatidos en la agenda de las conversaciones, plataforma que contribuyó a la redacción final del acuerdo de paz.
De ahí la crítica del máximo jefe guerrillero a los que lideraron la campaña del No, cuyos representantes fueron invitados en distintos momentos a la mesa de negociaciones de La Habana para analizar sus planteamientos y se negaron a participar.
"A esos sectores a los que les perjudica la paz y se benefician de la guerra, lo que está sucediendo es que los está dejando sin oxígeno político y esa es otra ganancia de la pérdida del plebiscito", acotó.
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El líder de las FARC recordó que el referendo no era la fórmula de consulta planteada por ellos.
La guerrilla quería una Asamblea Constituyente en combinación con otros instrumentos, pero en aras de darle viabilidad al desarrollo de los acuerdos aceptaron la decisión de la Corte Constitucional de Colombia que apostó por la propuesta de Santos.
"Los hechos nos dieron la razón porque lo que sucedió tiene una connotación política. Ese mecanismo llama a la gente para que refrende una política del gobierno y de todas maneras es un gobierno que no tiene mucha popularidad por su política económica y social y mucha gente cobró eso", explicó.
El comandante guerrillero aclaró el hecho de que el plebiscito no niega el acuerdo, porque este último tiene fundamentos jurídicos y su redacción está enmarcada en el Derecho Internacional Humanitario.
Además, el pacto está amparado por la Constitución colombiana, lo cual brinda garantías para continuar el proceso de paz más allá de la presidencia de Santos que culmina en 2018.
Más delante de la entrevista con Xinhua, "Timochenko" destacó otro elemento que a su juicio revierte la percepción de que el triunfo del No es una apuesta a la confrontación armada que por 52 años ha afectado a Colombia.
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"En este momento, el acuerdo para la construcción de una paz estable y duradera ya se salió de nuestras manos y lo está haciendo suyo el pueblo colombiano, se está apropiando de él. Además, la mayoría de la gente que se está personando son jóvenes que los estamos viendo en las calles, en las plazas, en las carreteras", apuntó "Timochenko".
Este miércoles tiene lugar en las principales ciudades del país suramericano una movilización popular donde miles de indígenas, campesinos, grupos sociales de distintos sectores, credos y razas, marchan para expresar su respaldo al acuerdo de paz entre las delegaciones del gobierno y de las FARC.
Un espaldarazo que imprime nuevas connotaciones al proceso y confirma que el pacto alcanzado ciertamente no es el ideal, pero sí el "posible" y más viable, un documento que sienta "sólidas bases" para la construcción de la paz.
Al mismo tiempo se generan condiciones que favorezcan la anhelada reconciliación nacional y sane las heridas de una sociedad afectada por un conflicto armado de más de medio siglo.
"Quedan faltando muchas cosas que más adelante habrá que conquistar. Todavía quedan muchas talanqueras (obstáculos), aunque el acuerdo abre un poco más esa ventana que permita la participación política y lo más importante y determinante, que las contradicciones no se resuelvan con la violencia", afirmó el comandante guerrillero.
Mientras tanto, se avanza en la implementación de algunos puntos clave del acuerdo, decisión que ratifica la determinación de ambas partes de continuar la búsqueda de una Colombia nueva, donde la guerra no sea más que un triste recuerdo y una enseñanza para todos.
"No estamos frenados por lo que sucedió. El cese bilateral está vigente, está el desminado humanitario, la desvinculación de menores de edad de los campamentos guerrilleros, el mecanismo de monitoreo y verificación tripartito Naciones Unidas-gobierno-FARC, eso se viene implementando en todo el país y está comenzando a jugar su papel", afirmó "Timochenko"