Los ciclos del Sol y la Luna
Lo curioso es que a pesar de vivir todos en el mismo planeta tierra y de recibir tanto la luz del sol como la de la luna, sólo hayamos aprendido a celebrar los ciclos bajo un calendario y así a dar mayor importancia sólo a uno de los dos astros que influyen por igual en cada uno de nuestros días. Así pues parece que dejáramos a nuestros días incompletos, llenos de la luz del sol o de la luz de la luna, y nos perdiéramos de apreciar la riqueza que ambos aportan a nuestros días.
Esto para mi personalmente es un ejemplo de cómo se puede vivir sólo con una parte de la historia y conociendo sólo una cara de la moneda. La riqueza que occidente y oriente nos pueden ofrecer a través de su historia, costumbres y tradiciones nos permite tener una mirada más amplia, más generosa y más integrada del mundo y de nosotros mismos como seres humanos. Y esto resulta cada vez más importante en estos tiempos en los que parece que en diferentes partes del mundo nos estamos fragmentando y cerramos puertas a lo que no es como nosotros.
Afortunadamente cada vez encuentro a más personas viajando entre Oriente y Occidente, reemplazando su conocimiento de cómo son las cosas por una ignorancia llena de misterio, posibilidades y nuevas maneras de habitar el mundo. Desafiando sus propios estereotipos, construyendo vínculos y especialmente tratando de entender el mundo como un todo. Y al mismo tiempo siendo recompensados por regalos como tener la suerte de celebrar año nuevo dos veces, una con el sol y otra con la luna. Así que esa es mi invitación, a que en este nuevo año puedas enriquecer tu historia con una mirada más amplia y con días en los que aprecies a través del sol y la luna la diversidad como parte de una unidad.