El chileno Oscar Squella expone en Beijing los fragmentos de un aislamiento anunciado

Pueblo en Línea  2017:03:27.16:59

Por Yasef Ananda

Beijing, 27/03/2017 (El Pueblo en Línea) -El Dr. Alexander Alekhine, controversial talento del ajedrez, que por estos días es recordado gracias a una novela de reciente publicación, fue un genio muy admirado porque, entre otras cosas, lograba jugar con los ojos cerrados. Es precisamente en la última novela de Stefan Zweig, que aparece como un guiño bajo el ala del Señor B, triste personaje que repite sucesivas partidas de ajedrez hasta que, sin darse cuenta, termina jugando contra sí mismo y en cautiverio.

Esta referencia al Dr. Alekhine podría obviarse si no estuvieramos condicionados por el actual y peligroso hábito de disfrutar el entorno mirándonos al ombligo, extraviados en la galaxia de unos y ceros más complaciente que cualquier hechicero haya conjurado jamás: las redes sociales.

Sobre estas dudas y augurios se articula el diálogo de “Aislados”, exposición personal del artista chileno Oscar Squella, que se exhibe en el Instituto Cervantes de Pekín.

“Este concepto lo vengo desarrollando hace cinco años. Para mi, lo esencial es el aislamiento que está sufriendo la humanidad frente a su propio entorno. Lo presento de una forma un tanto lúdica, por eso es que los animales son como gigantes, fuera de toda proporción lógica, enalteciendo la importancia que tienen dentro de la obra”, destaca Squella.

Dentro de un realismo onírico, Squella ilustra semejanzas y asimetrias alrededor de lo vital e imprescindible del existencial terrícola. Sus obras, fragmentos de un aislamiento anunciado, proponen una mirada más allá del tiempo y la circunstancia que el contexto erosiona. En la respiración afina su brújula y en el asombro cíclico redimensiona las indistintas formas del ser, dotadas de gracia y belleza.

“Como humanos tenemos una tremenda falta de empatía con nuestro entorno, sin embargo para mi el gran ser es el entorno, nuestra naturaleza, nuestros animales. Y no solamente desde una función formal, sino como toda aquella gran consciencia que nos rodea y que obviamos“, precisa el artista chileno.

La exposición, compuesta por 27 lienzos de mediano formato, establece un vinculo directo con la ilustración y la gráfica digital contemporánea. El común determinador, además de los animales y la ausencia de personas en la escena, es el inherente silencio que las envuelve. El aserto aterriza en colosal paradoja: mejor conectados, más larvales.

“Siempre he pintado mucha figura humana. Adoro el cuerpo, pero en esta etapa lo he ido dejando de pintar, aunque incluí dos obras con personajes que indagan sobre la falta de empatía y la desconexión”, concluyó Squella.