China experimenta el 'boom' de las bicicletas compartidas
LAS BICICLETAS EN CHINA
China alguna vez llegó a ser considerada el "reino de las bicicletas" por la enorme cantidad que había en las calles de sus pueblos y ciudades. Incluso, los chinos todavía sienten un apego especial por este vehículo.
Además de ser un medio de transporte, durante la década de 1970 las bicicletas también eran consideradas un símbolo de estatus social en las familias y, junto a un reloj y una máquina de coser, eran uno de los tres artículos requeridos para contraer matrimonio.
Con la política de reforma y apertura, sin embargo, el nivel de vida del pueblo chino se incrementó poco a poco y las bicicletas, cuyos timbres resonaban en todos los rincones de las calles, dejaron de ser un artículo de lujo. De hecho, una de las escenas más representativas de China es el enorme flujo de bicicletas en hora punta.
A finales del siglo XX, con el acelerado desarrollo de la economía china, el número de vehículos automotores aumentó sin cesar, dada la facilidad y eficiencia de estos, y las bicicletas fueron desapareciendo paulatinamente.
Según estadísticas dadas a conocer por el Buró de Administración del Transporte del Ministerio de Seguridad Pública, a finales de junio del año pasado China se había convertido en el segundo país con más vehículos automotores. De los 290 millones vehículos registrados, 194 millones eran automóviles.
Al tiempo que ocurría este aumento, el uso de bicicletas disminuyó rápidamente. Por ejemplo, mientras que en 1980 el 62,7 por ciento de los viajes en Beijing se hacían en bicicleta, en el año 2000 la cifra cayó al 38 por ciento y, para finales de 2014, el número tan solo representaba el 11,9 % de la movilidad en la capital.
A pesar de que los vehículos automotores son más convenientes para el pueblo chino, conllevan graves problemas como embotellamientos y contaminación atmosférica.
De hecho, la gente se burla de Beijing diciendo que es la capital de los atascos. Son precisamente estas complicaciones las que están avivando nuevamente el uso de las bicicletas, gracias a ventajas como el bajo consumo de carbono y el mínimo gasto de recursos. Desde el gobierno hasta los ciudadanos, todos están apostando por el uso de bicicletas y otras formas de transporte más ecológicas.
No obstante, dado el crecimiento de las grandes ciudades, la larga distancia entre la casa y el trabajo muchas veces hace que moverse en bicicleta no sea la mejor opción. Ese "último kilómetro" que enlaza las estaciones de metro o las paradas de autobús y otros medios de transporte se ha convertido en un problema.
El uso de bicicletas públicas en Beijing se empezó a expandir en 2001. Según datos del periódico Beijing Evening News, en noviembre de 2015 la cantidad de viajes en bicicletas públicas alcanzó los 300.000 en un solo día, con más de 400.000 tarjetas de este servicio en toda la ciudad.
Las desventajas de las bicicletas públicas suelen ser motivo de burla, a pesar de que el fervor hacia ellas está reflejado en la alta demanda del pueblo. Antes de poder utilizar las bicicletas públicas, las personas deben presentar todo tipo de documentación para tramitar una tarjeta. Además, es común que los usuarios no encuentren bicicletas en el puesto de alquiler o que simplemente sea difícil dar con un puesto, dadas las restricciones en los lugares de estacionamiento.