BEIJING, 29 may (Xinhuanet) -- La Fiesta de Duanwu, o el Festival del Bote del Dragón como se conoce en el Occidente, cae en el quinto día del quinto mes del calendario lunar chino y se considera una de las principales tres festividades tradicionales del pueblo chino.
En 2009, la celebración del Festival de Duanwu en las orillas del río Miluo de China fue incluida en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
Sin embargo, a diferencia de las Fiestas de la Primavera o del Medio Otoño, el Duanwu, aunque se celebra con toda animación y en escalas no menores, suele estar imbuido de un tono de tragedia y compasión, decorado de venenos y fantasmas, y con exaltación por la llegada del verano.
Las tradiciones chinas nunca han sido uniformes puesto que repartidos por la geografía vasta del país, las regiones - que eran distintos reinos en la antigüedad - han preservado sus propias culturas, creencias y costumbres hasta hoy día.
La celebración del festival Duanwu, no obstante, tiene un significado en común para toda China, que es conmemorar a Qu Yuan (c. 340 a. C. - 278 a. C.), poeta y diplomático del antiguo reino de Chu (actualmente la provincia central de Hubei), de la época de los reinos combatientes, desde el siglo V a. C. hasta la unificación de China por la dinastía Qin en el 221 a. C..
En honor del gran poeta autor de “Elegías de Chu”, no se dice “Feliz Duanwu” en esta fecha.
Turistas visitan el templo memorial de Qu Yuan en el condado de Zigui en la provincia de Hubei, en el centro de China, el 28 de mayo de 2017. Personas en Zigui, hogar de Qu Yuan, celebran el próximo Festival Duanwu tradicional chino, o Festival de Botes de Dragón, que se llevará a cabo el 30 de mayo este año. El Festival Duanwu se celebra para conmemorar a Qu Yuan, un poeta patriota y ministro del antiguo estado de Chu durante el Periodo de Estados Combatientes de la historia china, quien se ahogó a si mismo antes de que su estado cayera en manos enemigas. (Xinhua/Xiong Qi)
LA VIDA Y LA MUERTE DE QU YUAN
Qu Yuan fue el primer nombre de un individuo conocido como poeta en la historia milenaria china, quien dio inicio a una nueva página en la literatura asiática con sus obras maestras. Antes de él, la poesía se resonaba en los rituales religiosos cuyos autores eran anónimos.
Pero Qu Yuan no fue recordado sólo por los versos magnificentes sino por su lealtad a su patria su integridad como ser humano y su suicidio trágico tras ver frustrados sus esfuerzos por salvar a su pueblo.
El poeta nació en una familia de nobleza y, por sus talentos sobresalientes, llegó a ser el segundo mayor funcionario de la corte del rey Huai del país Chu a una joven edad, encargado de elaborar junto con el rey las estrategias y las políticas del desarrollo del país, y como diplomático viajar por los reinos a negociar por la paz y la unión.
En aquella era, viniendo del caos de la época de las Primaveras y los Otoños, China estaba dividida en siete reinos que luchaban por ampliar sus territorios o defenderse de la agresión de las potencias. El Chu se situaba en el centro-sur del mapa chino actual, y en su auge, dominaba una gran parte de las regiones ubicadas a lo largo del Río Yangtze.
Aún joven, Qu Yuan tuvo una evaluación sobria de la situación e insistió en que Chu debería formar una alianza con el reino Qi, su vecino del norte, para frenar la expansión agresiva del Qin en el noroeste.
En Inglaterra se dice "la amapola más alta es la que primero se corta", y en chino hay un proverbio que advierte “Si un bello árbol sobresale del bosque, ciertamente el viento lo derrumbará”.
Imagen del 25 de mayo de 2017, de una mujer lavando arroz glutinoso en su casa en el condado de Zigui en la provincia de Hubei, en el centro de China. Personas en Zigui, hogar de Qu Yuan, celebran el próximo Festival Duanwu tradicional chino, o Festival de Botes de Dragón, que se llevará a cabo el 30 de mayo este año. El Festival Duanwu se celebra para conmemorar a Qu Yuan, un poeta patriota y ministro del antiguo estado de Chu durante el Periodo de Estados Combatientes de la historia china, quien se ahogó a si mismo antes de que su estado cayera en manos enemigas. (Xinhua/Xiong Qi)
La envidia puede ser una parte fea e inevitable de la naturaleza humana. Por los talentos y una personalidad honesta, Qu Yuan se convirtió en el blanco de ataques por los cortesanos que no pensaban en el bienestar del pueblo ni el futuro del país, sino el interés propio al hacer todo lo posible para difamar al noble ministro a fin de robar la gracia del rey Huai.
Mientras Qu Yuan fue alejado del rey en medio de la calumnia, los cortesanos aceptaron sobornos del Qin y persuadieron al rey para abandonar a su aliado Qi a cambio de castillos y terrenos regalados por el enemigo.
Qu Yuan intentaba alertar a su rey por el peligro pero dos veces él fue mandado a tierras lejanas en exilio. Teniendo todo el genio, la visión y el juicio, él no tenía a quién contar ni cómo llevar las ideas a la práctica para salvar a su país de las conspiraciones enemigas, y sólo pudo escribir los poemas más maravillosos en destierro, preguntando a los inmortales del Cielo y la Tierra: ¿Qué más debería hacer para salvaguardar a su pueblo si su rey fue cegado por las palabras azucaradas de los aduladores malignos? ¿Qué más podría sacrificar para defender a su pueblo de las agresiones enemigas?
“Es un largo camino de búsqueda, y del Cielo a la Tierra, agotaré todos los caminos sin parar”, él escribió.
”Aunque me muera nueve veces no me arrepiento; sólo seré más firme tras aguantar 10.000 penas”, expresó el poeta su resolución de nunca dejar de luchar por la independencia de su patria.
La estrategia de Qin de romper la alianza de los demás seis reinos tuvo efecto y en el año 278 a. C., la capital Chu de Ying fue ocupada por las tropas de Qin. El reino Chu dejó de existir.
Enterado de la noticia, Qu Yuan, a los 62 años de edad, se arrojó al río Miluo con una roca en sus brazos, ofreciendo su propia vida como sacrificio fúnebre a la patria.
La leyenda dice que los pescadores del río Yangtze admiraba al ministro en exilio y por un gran sentido pésame, organizaban regatas de los botes del dragón para buscar a Qu Yuan y ahuyentar con animación y ruidos a los seres acuáticos a la vez de tirar zongzi -- tamales hechos con el arroz glutinoso envueltos en hojas de bambú o caña -- en el agua, pidiendo los seres del río que no comieran el cuerpo del poeta.
Por la misma razón, al festival Duanwu, día en que la gente recuerda del ministro Qu Yuan, no se felicita.
EL DEBATE DE LOS ZONGZI
Hay nuevos estudios publicados por los arqueólogos sugiriendo que el origen del festival Duanwu pudiera ser más antiguo que la época de Qu Yuan, e incluso que data de la remota antigüedad cuando los pueblos aborígenes de la tierra china celebraban la fecha en homenaje a los dioses dragones que según las creencias antiguas eran maestros de las precipitaciones.
Algo que sí se sabe con certeza es que esta fecha tiene una relación estrecha con la despedida de la primavera y la llegada del verano.
Aparte de las regatas de las barcas en forma del dragón, las tradiciones de Duanwu también incluyen decorar la casa con dibujos de cinco animales venenosos de la serpiente, el escorpión, el sapo, el ciempiés y el lagarto, para que éstos no se acerquen.
También se hacen figuras de hombres guerreros y tigres con la artemisia (una planta de fragancia fuerte) y adornar los portales con el cálamo aromático para expulsar los males que se relacionan con el calor del verano.
A los niños de la familia, se les visten de pulseras hechas con hilos de cinco colores en las muñecas o en los tobillos, junto con amuletos de todo tipo según la agilidad de la madre, para que los menores crezcan sanos y fuertes, sin caer en enfermedades ni accidentes.
Y por encima de todo ello, el placer supremo para la población china siempre proviene de la comida, y para cada ocasión, se puede haber inventado un plato especial, como la torta de la luna para el Medio Otoño y las bolas tangyuan del Festival de las Linternas.
Para Duanwu, tenemos el zongzi.
Por afuera se ven casi iguales los zongzis por estar cubiertos de hojas verdes, pero por dentro, el contenido se varía dentro de un rango tan amplio como la geografía china.
En el norte, se preparan los zongzi con el mijo amarillo y los dátiles dulces, o con un relleno de pasta de judías rojas, o con cacahuetes, e incluso sin ningún relleno para comerse remojados con el azúcar por apreciar el sabor natural del cereal.
Curiosamente, al sur del río Yangtze, los zongzi son en su mayoría salados, cuyos rellenos pueden ser de carne “char siu” (barbacoa de carne de cerdo al estilo cantonés que suele aplicar la miel como un ingrediente), a veces con la yema del huevo de pato en salazón, y en las provincias costeras, con pescado y mariscos, así como las setas shiitake y los vegetales salados.
Y si me preguntas, estimado lector mío, cómo se saludarían entre sí en esta ocasión festiva ya que no se dice “feliz Duanwu”, te sugiero que inicies una conversación con tus amistades chinas acerca de este tema:
¿Cuál es más sabroso, el zongzi dulce o el salado?
A ver cómo resultará el debate.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)