BEIJING, 16 ago (Xinhua) -- China parece estar en camino de alcanzar su meta de crecimiento para 2017 a pesar de algunos altibajos, pero los analistas afirman que los elaboradores de políticas aún deben andar con cuidado para equilibrar el crecimiento, el control de los riesgos y la reforma.
Los nuevos datos publicados el lunes, mostraron que, después de un fuerte repunte en el primer semestre, el impulso de crecimiento de China se suavizó en julio.
Debido a una menor velocidad del sector inmobiliario y las interrupciones meteorológicas, la producción industrial, la inversión y los servicios fueron ligeramente más débiles el mes anterior, incumpliendo las previsiones. A pesar de ello, las cifras de julio, si se comparan con las de julio de 2016, experimentaron un acelerado crecimiento.
Funcionarios y analistas creen que el crecimiento puede caer, pero sin mucha profundidad, en el segundo semestre, lo que facilitará que el gobierno equilibre las prioridades en su agenda de trabajo.
Aún con una desaceleración de 0,1 ó 0,2 puntos porcentuales en el segundo semestre, el crecimiento sería razonable y normal, y permanecería como uno de los de mejor desempeño entre las principales economías, afirmó Mao Shengyong, portavoz del Buró Nacional de Estadísticas (BNE).
La desaceleración en julio es temporal y no cambiará la tendencia de un crecimiento lento pero estable, y el gobierno mantendrá su énfasis en la estabilidad financiera y la reforma estructural por el lado de la oferta.
Aparte de la moderación esperada en lo relativo a ventas de inmuebles y actividades relacionadas, la tendencia a contener el riesgo financiero y la reforma estructural por la parte de la oferta, incluidas las reducciones del exceso de la capacidad y unas normas medioambientales más estrictas, pueden influir en el crecimiento, explicó Wang Tao, economista de UBS.
A pesar de la posibilidad de disminuir en la segunda mitad del año, UBS subió su previsión del crecimiento del producto interno bruto (PIB) para 2017 a 6,8 por ciento frente al 6,7 por ciento anterior, recalcando la fortaleza del PIB en lo que va de ejercicio.
La economía creció un 6,9 por ciento en el primer semestre, por encima de la meta de alrededor del 6,5 por ciento fijada para 2017.
Los elaboradores de políticas ahora se enfrentan a decisiones difíciles a la hora de decidir el punto medio entre estabilizar el crecimiento y otras tareas, con presión a la baja, riesgos emergentes y la creciente incertidumbre del mercado mundial complicando las perspectivas.
Los esfuerzos continuados para contener el apalancamiento financiero y las burbujas de activos desde la segunda mitad de 2016 han aumentado el coste financiero en la economía real, lo que puede erosionar los márgenes de ganancia de las empresas.
"Las autoridades chinas equilibrarán las metas competitivas de corto plazo, el crecimiento impulsado por el crédito y las medidas de política a largo plazo para aumentar la resistencia del sistema financiero, reducir y eventualmente revertir el crecimiento del apalancamiento en la economía", indicó Michael Taylor, director gerente de Moody´s y socio principal de crédito para la región de Asia-Pacífico.
Nomura prevé que el banco central mantenga su posición neutral al respecto de la política monetaria mediante un marcado equilibrio entre el desapalancamiento y el crecimiento económico.
No obstante, si el auge cíclico y la presión inflacionaria sorprenden al alza en los próximos meses, "no podemos descartar una política de ajuste fino para controlar el exceso en la presión inflacionaria", aseguró Liu Wenqi, analista de CICC.
"Buscando el progreso y manteniendo la estabilidad" seguirá en la segunda mitad de 2017, asegurando un desarrollo estable y sano, la reforma estructural por el lado de la oferta y la protección contra los riesgos financieros sistémicos, según un informe publicado en julio después de una reunión del Buró Político de Comité Central del Partido Comunista de China.