Por Gerardo Laborde
MONTEVIDEO, 16 ago (Xinhua) -- Horacio Cartes, con la mirada puesta en la carrera electoral que definirá a su sucesor, cumplió el martes su cuarto aniversario como presidente de Paraguay, meses después de renunciar a su polémico plan de reelección.
Cartes desembarcó en la política como un exitoso empresario dispuesto a dejar atrás vicios como el clientelismo y la corrupción, dándole a su gobierno eficiencia técnica que atrajera inversión y más oportunidades a los paraguayos.
Logros y cuentas pendientes marcaron estos cuatro años, pero en los últimos meses incurrió en un pecado de la política local: el interés por mantenerse en el gobierno, lo que desató una grave crisis con protestas callejeras y un sistema político dividido.
LUCES Y SOMBRAS
"Este será el gobierno de las oportunidades para todos", prometía Cartes tras jurar una soleada mañana del 15 de agosto de 2013 en un estrado frente al Palacio de López, la sede del gobierno.
El jefe de Estado número 49 y el quinto desde la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner anunciaba que edificaría "la gran nación que nos merecemos" y que "es el tesoro mejor guardado de América Latina".
Para ello se comprometía a trabajar para ofrecer "oportunidades" en salud, educación y trabajo, así como combatir la pobreza.
Al realizar hoy miércoles un balance de estos cuatro años y ya ingresando en los últimos 12 meses de gestión, el gobierno destacó "la implementación de la transparencia en las instituciones públicas" y una "mayor inversión en obras de infraestructura".
También valoró el "sostenido crecimiento de la economía y el aumento de los programas sociales" como algunas de las conquistas significativas de esta administración del Partido Colorado (Asociación Nacional Republicana, ANR).
"En menos de cuatro años se entregaron más de 20.000 casas que ha dado alivio y solución a más de 80.000 paraguayos", señaló el resumen de gobierno y añadió que los programas sociales pasaron de 95.000 beneficiarios en 2013 a más 176.000.
El gobierno resaltó que Paraguay "mantuvo uno de los niveles más altos de expansión económica en la región, a pesar de la recesión que sufrieron Argentina y Brasil", sus principales socios comerciales.
El Producto Interno Bruto (PIB) creció 4 por ciento en 2016, bastante por encima de la media regional, y la inflación acumula un avance de 2,1 por ciento entre enero y julio, un indicador envidiable para muchos países del continente.
No obstante, el desempleo pasó de 7,9 por ciento en 2013 a 8,4 por ciento este año y la pobreza de 28 a 28,9 por ciento.
El analista político y director del periódico asunceno "5Días", Benjamín Fernández Bogado, dijo que Cartes "quiso modernizar el país subiendo su nivel de endeudamiento, pero se aplazó grandemente en sus niveles de gestión".
Desde su punto de vista, en este período hubo "graves retrocesos en la lucha contra la pobreza, (fue) el último lugar en educación de los países del mundo rankeados por el Foro Económico Mundial y pobre gestión en materia de salud".
El presidente desistió el 17 de abril a cualquier intento reeleccionista luego que un polémico proyecto de enmienda constitucional generó violentas protestas y dividió al sistema político.
La iniciativa, que tras el anuncio de Cartes finalmente fue archivada por el Congreso, permitía la reelección en las elecciones de abril de 2018 de Cartes y del ex presidente Fernando Lugo (Frente Guasu), su principal rival político que fue su aliado en esta iniciativa.
La movilización callejera antienmienda impulsada por el opositor Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) terminó con la quema de la sede del Congreso y con la ejecución de un militante liberal en su sede partidaria a manos de la Policía.
Para Fernández Bogado, esos meses de gestión de Cartes se recordarán por "el abierto deseo de violar la Constitución por el camino de la enmienda reeleccionaria y la muerte del joven (Rodrigo) Quintana".
Cuando Cartes renunció a su afán reeleccionista, sorprendió al "designar" como precandidato presidencial en las elecciones de diciembre próximo a su ministro de Hacienda, Santiago Peña, de 38 años y quien se afilió a la ANR pocos meses antes tras abandondar el PLRA.
"Estoy listo para presentar las mejores propuestas y someterlas al veredicto de la ciudadanía, con un programa que afiance el modelo de Estado y que continúe el desarrollo de nuestro país con equidad y oportunidad para todos", ha señalado Peña, quien competirá en la interna para ser el sucesor de Cartes.
La periodista y analista Estela Ruiz Díaz escribió en el asunceno diario "Última Hora" que la gestión de Cartes es "es vertical, excluyente, instintiva", y a pesar de su "inexperiencia absoluta en el campo político, supo sortear varias crisis".
Ruiz Díaz aseguró que el mandatario, de 61 años, "si bien logró la alianza más impensada cuando Lugo y su Frente Guasu apoyaron la arremetida para resucitar la enmienda, no tuvo empacho en dejar en ridículo a su partido y a sus aliados que se ensuciaron las manos, y en decisión unilateral, renunció a la reelección".
"Fue entonces que tomó otra decisión sorprendente: eligió como delfín a su ministro de Hacienda, al que había afiliado un tiempo atrás. Santiago Peña es la apuesta más arriesgada porque él es la continuidad de un proceso con su sello personal", reseñó.
Para esta analista, "la historia electoral demuestra que sin alianza (opositora), los colorados ganan las elecciones. Este es el escenario que se vive hoy y por ello se dice que el ganador de la interna colorada del 17 de diciembre será el presidente potencial".
No será fácil para Peña que no tiene un favoritismo claro en esa interna.
Según una encuesta de julio de la consultora First Análisis y Estudios, que publicó el diario asunceno "ABC Color", el 44 por ciento de los paraguayos cree que el país está peor desde que asumió Cartes y el 58 por ciento dijo tener una mala o muy mala imagen del mandatario.
En opinión de Ruiz, "el 17 de diciembre se sabrá si el cartismo tiene proyección o termina abruptamente".