Por Victoria Argüello
CARACAS, 17 sep (Xinhua) -- El diálogo es vital para el funcionamiento de la institucionalidad venezolana y para que el país retome su curso político fuera de escenarios anti-democráticos, afirmó en entrevista con Xinhua el dirigente oficialista, Roy Daza.
"La reunión de República Dominicana representa un paso significativo a la consolidación de la paz en el país", señaló el dirigente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
El también integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales del PSUV, señaló que "el diálogo en este momento es necesario y es oportuno, y lo más importante, es que las fuerzas de la oposición están dispuestas a entrar en el terreno de la constitucionalidad".
Delegaciones del gobierno venezolano y de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) iniciaron en República Dominicana entre el 13 y el 14 de septiembre una fase exploratoria para retomar las conversaciones estancadas desde el 6 de diciembre pasado, cuyo hermetismo produjo violencia con al menos 121 fallecidos este año.
Aunque existen marcadas discrepancias en el seno de la población, acerca de cuál de las dos partes viola el cauce democrático, la violencia como forma de hacer política no constituye una opción para los venezolanos, quienes ya enfrentan una extenuante crisis económica.
Esta idea la comparte el ex secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, quien reconoció que las protestas y demás acciones de fuerza convocadas por su alianza entre los meses de abril y agosto pasado, no generaron los resultados esperados.
"Yo creo que en Venezuela, tras el convulso período traumático entre abril y junio de 2017, quedó claro para todos los actores que el uso de la pura fuerza no es un mecanismo viable para dirimir el drama venezolano", sostuvo Torrealba en declaraciones a Xinhua.
En su versión, el único análisis que puede extraerse de esos meses de continua violencia, es que la mera presión de calle no es capaz de resolver lo que la política tiene que resolver.
"La presión de calle es un instrumento al servicio de la política, no es un sustituto de la política", sentenció el ex dirigente de la MUD, quien el año pasado estuvo al frente de la primera ronda de conversaciones con el gobierno venezolano.
En esa ocasión, sostuvo Torrealba, las conversaciones se hermetizaron producto del incumplimiento que el gobierno hizo de acuerdos primarios.
Entre dichos acuerdos se cuentan que no se divisaba un escenario electoral, tras la falta de pronunciamiento sobre fecha de elecciones regionales y municipales atrasadas.
Otra de las barreras que imposibilitaron el avance del diálogo en 2016, fue la negativa del gobierno venezolano a liberar la cantidad de políticos opositores presos que exigía la MUD (más de 100).
Según Torrealba, éste no debe ser hoy en día uno de los principales puntos a colocar en la agenda, pues la liberación depende de un principal objetivo: elecciones presidenciales para un cambio de gobierno.
El representante opositor identifica dos diferencias, una de ellas relacionada a la "asfixia económica" que a su juicio enfrenta el gobierno.
Esta condición le hace requerir el apoyo de la Asamblea Nacional (Legislativo) con mayoría opositora, para poder pedir auxilio financiero, a pesar de la existencia de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
Otra diferencia es la creciente presión de la comunidad internacional que, en su versión, se mantiene ahora más atenta de lo que sucede en Venezuela.
Para ambos, Daza y Torrealba, la situación política actual de Venezuela es muy distinta a la de 2016, en que las condiciones para el nuevo diálogo no pueden ser comparables a las anteriores.
"Estamos en otra situación política, porque el año pasado cuando la oposición se levantó de la mesa, ellos partían de una apreciación política errada, que era que el gobierno estaba derrocado", consideró Daza.
El dirigente oficialista complementó: "Y resulta que no sólo se ha derrocado, sino que se ha consolidado".
Ambos dirigentes coincidieron en que más allá del proceso del diálogo y las exigencias que se coloquen en la mesa de negociación, el tema de fondo es avanzar en la resolución de los problemas estructurales que enfrenta el país sudamericano.
El primero de ellos comienza ineludiblemente por crear un modelo económico distinto al esquema de exportación petrolera, que ambos voceros indican "está agotado" y que sólo su transformación permitirá solucionar la crisis.
En el diálogo político que se construye en República Dominicana participan el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, como representante de la parte gubernamental; mientras que la fracción opositora la representa el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges.
La comitiva gubernamental la integran también la presidenta de la ANC, Delcy Rodríguez, y el ex embajador de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton.
A su vez, la delegación de la MUD la conforman además los diputados Luis Florido, Timoteo Zambrano, Eudoro González y el ex gobernador del estado occidental de Zulia, Manuel Rosales.
Los países acompañantes de las negociaciones, insistidas también por el ex jefe del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), son Bolivia, Chile, Nicaragua, México y Paraguay, faltando una nación por incorporar.