Por Huang Shunda
BEIJING, 12 nov (Xinhua) -- La apuesta hecha la semana pasada por el presidente electo brasileño, Jair Bolsonaro, de potenciar la cooperación con China es "indudablemente una señal positiva" y existen buenas razones para creer que los vínculos bilaterales continuarán avanzando, expresó Zhou Zhiwei, experto chino de la Academia de China de Ciencias Sociales (CASS).
Tras recibir al embajador chino en Brasil, Li Jinzhang, Bolsonaro afirmó el lunes pasado que Brasil concede gran importancia a las relaciones con China, que el nuevo Gobierno ensanchará la cooperación bilateral y que considera a China como un "gran socio de cooperación", en contra de lo que había manifestado durante la campaña electoral.
En una entrevista reciente con Xinhua, Zhou, director del Centro de Estudios Brasileños del Instituto de América Latina, adscrito a la CASS, consideró que las declaraciones electorales de Bolsonaro contra China "eran probablemente más una táctica contra el Partido de los Trabajadores (PT) que una pura crítica" contra el país asiático.
También otras promesas electorales del presidente electo como abandonar el Acuerdo de París y trasladar la Embajada brasileña en Israel de Tel Aviv a Jerusalén provocaron fuertes críticas en el país y el exterior.
Sin embargo, a juicio de Zhou, Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), y sus aliados ya comenzaron a revisar algunas de sus propuestas más polémicas y, en lo que respecta a China, a suavizar su actitud anterior.
En cuanto a la política exterior de la Administración nueva, Zhou explicó que aún está por verse, pero presumió que no tendrá gran impacto en las relaciones con China, primer socio comercial y primer receptor de la exportación brasileña.
"Ya sea la izquierda o la derecha quien esté en el poder, tendrán que resolver los problemas económicos y elevar el nivel de vida del pueblo. En este sentido, Brasil tiene mucho en común con la estrategia de China", apuntó Zhou.
Según estadísticas de las autoridades aduaneras chinas, en 2017 el volumen de comercio bilateral entre China y Brasil fue de 87.540 millones de dólares, con un 29,6 por ciento de crecimiento interanual. Las exportaciones chinas al país sudamericano fueron de 28.960 millones de dólares y las importaciones de 58.580 millones de dólares.
"El superávit comercial de Brasil con China representa más de un tercio de su superávit total. Esto sin duda es crucial para que Brasil pueda solventar los problemas financieros y la recesión económica", indicó Zhou.
Según estadísticas difundidas por el Banco Central de Brasil en octubre, el mercado financiero de Brasil elevó al 4,44 por ciento su previsión de inflación para el presente año, la sexta alza consecutiva.
En cuanto a la previsión de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para este año, continúa en el 1,34 por ciento, luego de una proyección del 3 por ciento a comienzos de año.
La mayoría de las agencias calificadoras también han bajado su calificación para Brasil, lo que ha afectado la entrada de capital extranjero, según Zhou.
No obstante, pese al escepticismo de otros países, las inversiones chinas en el país sudamericano, entre ellas en energía, minerales, agricultura o infraestructuras, siguen fuertes y suman ya más de 40.000 millones de dólares.
"En vista de la insuficiente inversión interna y la reducción de las inversiones extranjeras, la contribución china desempeña un papel casi irreemplazable para que el gigante suramericano lleve a cabo una reindustrialización y mejore la competitividad industrial", enfatizó Zhou.
Admitió, aun así, que sigue existiendo incertidumbre sobre la política del próximo Gobierno brasileño.
"Está por ver si el entorno comercial exterior de Brasil se endurece después de que asuma el cargo", dijo.
Por otro lado, a ojos de Zhou, la participación en las organizaciones internacionales y mecanismos multilaterales también es imprescindible para estimular la economía y el desarrollo integral de Brasil.
En este nivel, China y Brasil han cooperado estrechamente en el marco de la gobernanza global dentro de las Naciones Unidas, la Organización Mundial del Comercio, el Grupo de los Veinte (G20) y los BRICS, así como en la reforma del sistema financiero internacional y el cambio climático.
"Todo esto ha proporcionado una rica experiencia a Brasil para desarrollar la cooperación mutuamente beneficiosa con China y, sobre todo, para defender el multilateralismo mundial", concluyó Zhou.