Por Luis Brito
MEXICO, 30 nov (Xinhua) -- Bajo el gobierno del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, México probará cambios en su relación con el mundo al tiempo que sorteará una impredecible convivencia con Estados Unidos, su vecino y principal socio, señalaron analistas.
"En otras coyunturas se podía planear más la política exterior, pero teniendo como tenemos a la potencia del norte ahora en una actitud que no es muy predecible, se va a tener que adecuar casi de día a día esa política exterior", dijo a Xinhua el historiador Lorenzo Meyer.
López Obrador, quien asume el cargo el 1 de diciembre, ha esbozado que su política exterior regresará al principio de no intervención que abanderó la diplomacia mexicana en el pasado y diversificará los lazos de México, concentrado desde hace casi tres décadas en Estados Unidos.
En campaña, el político que gobernará a la segunda economía más grande de América Latina los próximos seis años repitió que "la mejor política exterior es la interior" y que un México más próspero, estable y justo es la carta óptima para promover los intereses del país ante el mundo.
"No tenemos por qué involucrarnos en asuntos que no nos corresponden. Yo creo que lo mejor es la neutralidad, no tenemos por qué hacer cuestionamientos a otros gobiernos", refrendó López Obrador en conferencia el 9 de noviembre.
Varios analistas leen en las palabras de López Obrador y en su planteamiento de reducir los sueldos del cuerpo diplomático una postura de retraimiento o de menor actividad externa, algo que la internacionalista Guadalupe González consideró imposible de llevar a cabo.
El presidente electo emanado del Movimiento Regeneración Nacional (Morena, izquierda) heredará las riendas de una de las economías más abiertas del mundo, con un comercio exterior que representa cerca del 73 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) y con 12 millones de mexicanos viviendo fuera del país, enumeró a Xinhua la profesora asociada del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México (Colmex).
López Obrador, quien centra su discurso en la defensa de los pobres, está decidido a volcar el modelo de desarrollo para consolidar el mercado interno, pero para conseguir esa meta necesitará estar en el centro de negociaciones y atraer inversiones extranjeras, planteó González.
"Veo muy difícil que este ánimo de consolidar el mercado interno y de arreglar la casa pueda traducirse en un aislamiento. No veo cómo eso pueda ser posible", expuso la experta.
Lo que es posible, adelantó, es que la política exterior cambie su actual énfasis en comercio por una visión de promoción de desarrollo, como un plan de inversiones en Centroamérica que López Obrador plantea hacer en conjunto con Estados Unidos para frenar la migración.
González no visualiza a López Obrador haciendo diplomacia presidencial, un sello de los mandatarios a nivel global en este siglo, pero apuntó que eventualmente tendrá que tomar posiciones ante situaciones tensas o en votaciones en organismos internacionales.
"Veo quizá un giro en el sentido de que puede haber una política exterior activa pero menos volcada en temas donde este nuevo gobierno no quisiera pronunciamientos externos, en relación a situaciones externas, que puedan tener un efecto boomerang con respecto hacia sus propias reformas", señaló.
Por lo pronto, el canciller designado, Marcelo Ebrard, hizo una serie de viajes al extranjero tras las elecciones de julio pasado que podrían ser un indicativo de los lazos que les interesaría ampliar en su intención de diversificar relaciones económicas y diplomáticas.
Ebrard, quien igual que López Obrador fue alcalde de la Ciudad de México, visitó Canadá, dos veces Centroamérica, Japón y China durante los meses de transición entre administraciones, además de Estados Unidos.
El investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, Mario Ojeda Revah, dijo que la diversificación es la iniciativa más concreta que ha percibido sobre lo que será la política exterior mexicana y apuntó que observa voluntad de Ebrard por impulsarla.
Es deseable que el nuevo canciller intente estrechar relaciones con China y se aterricen proyectos con ese país, el segundo socio comercial de México y con el cual tiene una asociación estratégica integral, agregó en entrevista con Xinhua.
"Es urgente que el nuevo gobierno diversifique los vínculos con el exterior y dejemos de depender tan abrumadoramente de nuestra relación con Estados Unidos, que, como lo vemos, eso nos somete a los caprichos de su Ejecutivo", sostuvo el especialista en relaciones políticas entre países.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha elogiado a López Obrador y éste ha reiterado que no se confrontará con el republicano; sin embargo, Ojeda Revah advirtió que todavía es una incógnita el rumbo que tomará la relación entre ambos.
Los ejes de la complicada relación bilateral continuarán siendo el comercio, la seguridad y la migración, pero es incierta la reacción de Trump a políticas que impulse el gobierno mexicano entrante, como el plan para Centroamérica o un viraje en el combate a las drogas, dijo.
Una primera prueba de la relación podría ser la caravana de más de 7.400 migrantes centroamericanos que están en la frontera común intentando entrar a Estados Unidos, ante la cual Trump ha tenido un discurso de rechazo y de amenazas con cerrar los cruces fronterizos.
"Es toda una incógnita, no por el lado mexicano sino por el lado norteamericano a partir del carácter errático de su presidente; vemos que pasó de la celebración y armonía con el nuevo gobierno a amenazar que va a cerrar la frontera", dijo Ojeda Revah.
Al respecto, la internacionalista González expresó que lidiar con Trump será el gran reto de habilidad diplomática del próximo gobierno mexicano, mientras que el historiador Meyer, profesor emérito del Colmex, expuso que Washington no muestra el mismo interés del pasado porque exista una estabilidad en su vecino del sur.