Por Lu Yang
Pekín, 24/06/2014(El Pueblo en Línea)- Desde el pasado 2 de mayo, cuando China comenzó a perforar en las aguas cercanas a la isla Zhongjian, perteneciente al conjunto de islas Xisha, Vietnam ha estado enviando un gran número de buques, incluyendo naves militares, con el objetivo de detener por la fuerza el funcionamiento de la plataforma petrolera.
Después del inicial y fallido intento, neutralizado debido a la eficacia de las rápidas contramedidas adoptadas por Pekín, el gobierno vietnamita ha perpetrado disímiles tácticas en un desesperado juego para lanzar una nueva ola de agresiones contra China.
Con la intención de provocar el estallido del conflicto en el Mar de China meridional, Vietnam no ha dejado de apelar a cualquier medio posible, incluyendo extremismos y falacias.
Por ejemplo, el gobierno vietnamita conspiró e incluso incitó a manifestarse contra China en su país. Pero el control de estas manifestaciones se le fue de las manos y las supuestas demostraciones patrióticas se convirtieron en siniestros escenarios de crímenes violentos, saqueos e incendios, dirigidos principalmente a las empresas extranjeras radicadas en Vietnam.
Al igual que el pillo del cuento que va por lana y regresa a casa con el morral vacío, la conducta beligerante y malintencionada de Vietnam se ha vuelto en contra suya, dañando severamente su credibilidad internacional. Sin embargo, tal nefasto resultado no ha promovido un cambio de actitud por parte del gobierno vietnamita, ni siquiera un ligero remordimiento sobre la gravedad y el rumbo de los acontecimientos.
En cambio, Vietnam continua alentando la disputa contra China, y en su inútil intento por confundir a la opinión internacional, no duda en tergiversar y distorsionar los hechos, creando irresponsablemente con su actitud una peligrosa atmósfera de tensión.
China debe vigilar muy atentamente el desarrollo de los viejos trucos que con frecuencia han sido utilizados por Vietnam. Uno de ellos es desinformar a la prensa extranjera, pues algunos medios de prensa internacionales fueron invitados al lugar donde opera la plataforma petrolera china para que pudieran apreciar los barcos vietnamitas "embestidos" por China.
Con este tipo de truco macabro, el gobierno vietnamita ha intentado exagerar la supuesta amenaza que representa la maniobrabilidad de China en esa importante zona marítima. Basta recordar el incidente del 26 de mayo donde un barco pesquero vietnamita embistió contra (y no fue embestido por) un patrullero chino.
Provocando diseñados "accidentes" marítimos, Hanoi intenta presentarse como una "víctima". Sin embargo, muchas personas han comenzado a dudar de la veracidad de los hechos, observando sus tácticas de "autoagresión", orquestadas para promover el caldo de cultivo contra la imagen y conducta chinas ante la comunidad internacional.
Para encubrir su comportamiento e interrumpir las legítimas operaciones de perforación, Vietnam esgrime el hecho de que China opera en aguas "impugnadas" , y que se encuentra a la espera de oportunidades para presentar su moción y acudir al arbitraje internacional.
Para intentar –artificialmente- ganar este caso" y sentar a China en el "asiento del acusado", Hanoi también ha generado un supuesto expediente de evidencias, que incluyen "hechos" sobre el comportamiento ilegal de China.
Frente a estas sucias tácticas de Vietnam, los buques chinos que patrullan alrededor de la plataforma petrolera deben permanecer muy atentos y, si es posible, tratar de evitar los enfrentamientos y las provocaciones de los barcos vietnamitas.
China también debe recopilar pruebas sobre conductas provocadoras y hacerlas públicas en los medios de comunicación y ante la comunidad internacional, poniendo al desnudo las verdaderas falacias e intenciones vietnamitas.
El conjunto de islas Xisha forman parte del territorio chino. Por ello, la perforación en sus aguas es un acto que goza de una absoluta legitimidad.
El escritor es un experto que vive en Pekín.