NASA lanza satélite diseñado para monitorizar CO2 |
LOS ANGELES, 2 jul (Xinhua) -- La NASA lanzó al espacio esta mañana el Observatorio Orbital de Carbono-2 (OCO-2), desde la base aérea de Vandenberg en California, con el objetivo de estudiar el calentamiento global, informó el canal de televisión de la agencia espacial estadounidense.
El cohete Delta 2 de la Alianza Unida para Lanzamientos, que lleva a bordo la sonda espacial OCO-2, la primera de la NASA dedicada a monitorizar el dióxido de carbono atmosférico a escala global, despegó a las 02:56 a.m., hora del Pacífico de EEUU (09:56 GMT) del miércoles, desde el Complejo de Lanzamiento Espacial-2 de la referida base.
Los ingenieros establecieron con éxito comunicación con el OCO-2, dijo la NASA en un comunicado.
"¡Estoy vivo! Felicidades a todo el equipo OCO-2", señaló la NASA vía su cuenta oficial de Twitter. "He llamado a casa. ¡Los controladores en tierra me escuchan fuerte y claro!".
El observatorio sólo tuvo una ventana de oportunidad de 30 segundos para ser lanzado. El momento tiene que ser muy preciso porque el OCO-2 se unirá al A-Train, una constelación de cinco satélites internacionales de observación de la Tierra que vuelan muy cerca uno del otro para realizar medidas casi simultáneas de nuestro planeta.
"La única manera de lograr una órbita polar desde territorio de Estados Unidos es despegar desde Vandenberg", dijo Tim Dunn, gerente de lanzamiento de la NASA para el vuelo.
Seis o siete semanas luego del lanzamiento, el OCO-2 será maniobrado hasta su órbita final y de operación en la constelación A-Train, a 705 kilómetros (438 millas) por encima de la Tierra.
El nuevo satélite, dedicado a estudiar el dióxido de carbono atmosférico a escalas globales, enviará las imágenes más detalladas hasta ahora de fuentes naturales de dióxido de carbono. También tomará imágenes de sus "sumideros", es decir, lugares en la superficie de la Tierra donde el dióxido de carbono es eliminado de la atmósfera. El observatorio estudiará cómo estos recursos y sumideros se distribuyen alrededor del planeta y cómo cambian con el tiempo.
"Existe una gran urgencia de ver lo que podemos obtener de satélites como el OCO-2", dijo David Crisp, jefe del equipo científico para la misión.
Se tenía previsto que la misión despegara el martes, pero se canceló porque se descubrió un problema en el sistema de flujo de agua de la plataforma de Complejo 2 de Lanzamiento de la Fuerza Aérea Vandenberg. El sistema ofrece la supresión del sonido para apagar las ondas acústicas en el despegue y protege un ducto de llamas de la plataforma de lanzamiento.
El equipo de lanzamiento completaron la reparación de los problemas del sistema de flujo de agua de la plataforma de lanzamiento.
Una válvula que es parte del sistema de flujo de agua, que había operado adecuadamente durante las pruebas poco antes de la cuenta regresiva, falló durante los minutos finales del intento de lanzamiento. La válvula fallida fue sustituida y el sistema fue probado para el lanzamiento de hoy, dijo la agencia espacial en un comunicado.
La misión es el segundo intento de la NASA para medir el dióxido de carbono atmosférico desde el espacio. En 2009, la agencia espacial lanzó el satélite OCO original a bordo de un cohete Taurus XL rocket. Poco después del despegue, el cohete se estrelló en el océano de la Antártica. El costo de la misión fue de 209 millones de dólares USA, según una investigación de la NASA.
El dióxido de carbono es un componente crítico del ciclo del carbono de la Tierra y el principal gas productor del efecto invernadero producido por el hombre que provoca cambios en el clima del planeta.
De acuerdo con la NASA, antes de la Revolución Industrial había alrededor de 280 moléculas de dióxido de carbono por cada millón de moléculas en la atmósfera, o sea 280 partes por millón.
Para 2014, en aproximadamente 400 partes por millón, el dióxido de carbono atmosférico ha alcanzado ahora su nivel más alto en los últimos 800.000 años.
La combustión de combustibles fósiles y otras actividades humanas están agregando en la actualidad casi 40.000 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera al año, produciendo una acumulación sin precedentes de este gas.
Pero menos de la mitad del dióxido de carbono emitido a la atmósfera de la Tierra por actividades humanas se mantiene ahí, mientras que el resto es absorbido por el océano y los "sumideros" terrestres naturales. Los científicos esperan que el OCO-2 ayudará a resolver el acertijo científico de mucho tiempo de a dónde va este carbono.
"Conocer qué partes de la Tierra están ayudando a eliminar el carbono de nuestra atmósfera nos ayudará a entender si seguirán haciendo eso en el futuro", señaló Michael Gunson, científico del proyecto OCO-2 del Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA.
"Entender los procesos que controlan el dióxido de carbono en nuestra atmósfera nos ayudará a predecir qué tan rápido se acumulará en el futuro. Los datos de esta misión ayudarán a los científicos a reducir las incertidumbres en los pronósticos sobre cuánto dióxido de carbono habrá en la atmósfera y a mejorar la precisión de las predicciones del cambio climático global", declaró el científico.