No podemos repetir aquella tragedia histórica

Actualizado a las 07/07/2014 - 16:57

Palabras clave：

Recomendados para hoy:
China: Tropas chinas para la paz ganan el honor en Malí
Sociedad: El “séptimo anillo” de Pekín estará terminado en 2015
Economía: Las 10 compañías privadas chinas más valiosas
Deporte: Messi, el omnipresente
Cultura: El hombre que también ama a China
Opinión: Abe quiere mandar de nuevo a niños japoneses al campo de batalla

Pekín, 07/07/2014(El Pueblo en Línea)- Hace 77 años, un día como hoy, tuvo lugar“el incidente del 7 de julio. Un oprobioso hecho, repudiado por toda la comunidad internacional. Militares japoneses bombardearon la ciudad de Wanping. Este agravio significó el inicio de la agresión bélica contra China, fue el comienzo- además- de la valerosa resistencia de la nación. Esta guerra, sin precedentes en la historia, provocó un despertar popular y un vigoroso levantamiento contra el invasor, creando el primer campo de batalla contra el fascismo.

En este momento crítico y de vital importancia para el futuro del país, es el Partido Comunista de China quien rápidamente actúa para defender la patria y vencer a los agresores. Bajo la bandera del frente unido contra Japón, establecido por iniciativa del PCCh, el KMT y el PCCh cooperaron en la lucha del pueblo, aunados en la fuerte voluntad de vencer. El enemigo era común y los diferentes partidos, comunidades y etnias nacionales lo sabían bien. Las tropas contra Japón, comandadas por el KMT y el PCCh, se encargaron de combatir en la primera línea del campo de batalla. Despúes de ocho años de sangrienta lucha, el pueblo chino logró el gran triunfo en la guerra contra la agresión japonesa. El sacrificio por la libertad de China había sido grande: un saldo de más de 35millones de víctimas. El triunfo en esta guerra no solo era un punto crítico de inflexión para la revitalización de la nación china, sino también una contribución indeleble y victoriosa en la lucha contra el fascismo, a escala mundial.

No se debe confundir el bien y el mal, tampoco se puede permitir que se repita aquella tragedia histórica. Hoy, que conmemoramos el 77°aniversario de la invasión japonesa a China es momento crucial para recalcar y mantener en firme la decisión de defender la dignidad humana. Hoy, aprendemos de las lecciones de la historia y obtenemos la inspiración necesaria para crear un futuro mejor, siguiendo un camino de desarrollo pacífico que –inquebrantablemente- salvaguarde la paz mundial. Este tipo de conmemoración, para las personas amantes de la paz, es motivo de encuentro y de cohesión, y para aquellas que ignoran la realidad y distorsionan la historia, esta conmemoración es una advertencia. Para el pueblo chino, dedicado a fortalecer y seguir desarrollando la nación, es genuina expresión de la nobleza del espíritu y el alma de China. .

En aquel entonces China estaba en ruinas, pero la causa principal es que no habíamos encontrado un camino de desarrollo para logar ser un país fuerte y próspero. Hoy, bajo la dirección del Partido Comunista de China, hemos creado nuestro camino socialista con características chinas. Siguiendo esta ruta, China ha logrado muchos éxitos reconocidos mundialmente y con una actitud renovada, se mantiene firme y solidaria entre las naciones del mundo. Por eso, no podemos olvidar las lecciones de la historia, valorar nuestro presente y seguir desarrollando el camino socialista con características chinas, esforzándonos para juntos realizar el sueño revitalizador de la nación china.

Olvidar la historia significa traicionarla. Militares japoneses cometieron flagrantes delitos durante la Segunda Guerra Mundial, delitos que provocaron terribles desastres entre la población asiática, especialmente en el pueblo chino, y que también causaron daños entre los mismos japoneses. Los pueblos de Asia y las personas de paz han criticado severamente las atrocidades de los militaristas japoneses y han instado al gobierno de Japón a reconocer la historia real, sin prejuicios, para evitar la repetición de aquella tragedia histórica. No obstante, transcurridos más de setenta años, la lidia entre el bien y el mal no ha terminado. Negando la brutal invasión, visitando y honrando los lugares que conservan los restos de los criminales de la Segunda Guerra Mundial, vetando el derecho a la legítima defensa colectiva, convirtiendo la Constitución de Paz en un simple documento decorativo, las fuerzas de derecha en Japón demuestran sus inclinaciones militaristas y expansionistas. Esta obsoleta actitud no solo es una flagrante falta de respeto, sino también es un sabotaje al orden internacional de postguerra.

Si la luminosidad adelanta un paso, la oscuridad lo retrocede. Este año es el 60 º aniversario de la formulación de los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica de China, India y Myanmar. Estos Cinco principios de la Coexistencia Pacífica han sido los principios rectores de las relaciones internacionales y los principios básicos del derecho internacional. Han desempeñado un positivo papel para promover el establecimiento de un orden internacional más justo y razonable en el ámbito político y económico.

Sin embargo, amar la paz no tiene nada que ver con ignorar los delitos. Los chinos no crean problemas, tampoco le temen. Los chinos siempre se esforzarán para proteger las conquistas y el fruto de la victoria de la guerra contra el fascismo. Defenderemos el orden internacional de postguerra y mantendremos la paz, la seguridad entre naciones y la estabilidad de las regiones. No se puede permitir el regreso de regímenes militaristas ni la repetición de aquella tragedia histórica.

Un país que falte a la memoria de su historia será un país sin un futuro luminoso. Pasados 77 años, todavía exiten las cicatrices, las alertas y las lecciones de la historia. En China hay un refrán que dice“Los guerreristas perecerá“. Es ley universal de la sociedad humana que la justicia triunfe sobre la maldad, que la luminosidad conquista la oscuridad y que el progreso se abra paso. Cualquiera que la desobedezca, será castigado. El que la respete, creará un futuro mejor.