“Cuando yo compito y la gente dice: esa es la escuela de Mahong, yo siento un orgullo tremendo”, confiesa el maestro Castillo. En la foto: Carlos Castillo y su abuelo maestro Mahong. (Foto: Archivo de Carlos Castillo)
¿En China se preserva este legado?
Considero que en China sí se preserva el legado de las Artes Marciales, ya que es una parte indispensable de la cultura china. Es de las tradiciones que más y mejor se han preservado. Para esto existe la asociación de Wushu (provincial, nacional e internacional) que incluye todos los estilos y escuelas. En la mayoría de las escuelas en China, ya sea primaria, secundaria, preuniversitaria y hasta en la Universidad hay equipos de Wushu. Son millones de practicantes los que hay en toda China. Fuera del sistema educativo, muy temprano en la mañana se puede ver en los parques a la gente de todas las edades y sexos llevando sables, espadas, lanzas… y allí cada uno hace lo suyo en perfecta armonía con los demás. La práctica del Wushu es algo que enorgullece al pueblo Chino.
¿Qué es para ti ser un artista marcial?
Un artista marcial es como un pintor o un músico. El Wushu es parte indispensable de la cultura China y hay que estudiarlo en este contexto. Esto no significa que haya que convertirse en chino. Para mi, practicar en China es un gran honor. Ganarte la confianza del maestro requiere de mucho sudor. El trabajo básico es muy duro. Allí es donde el maestro sabe la calidad de cada practicante y donde el practicante adquiere las habilidades para estudiar las diferentes formas de manos y armas. El proceso de aprendizaje es lento. Hasta que no vences una etapa, no pasas a la otra. En las clases nuestras no solo se habla de formas de golpear, también de historia, sobre el linaje de la escuela o el estilo. Un artista marcial cuando compite lo hace para honrar a la escuela. Por ejemplo, cuando yo compito y la gente dice: esa es la escuela de Mahong, yo siento un orgullo tremendo. El hecho de que me relacionen con ese gran maestro ya es una recompensa.
¿Filias y fobias de un cubano en China?
En mi caso particular equilibrar el carácter latino y el chino no ha sido muy contradictorio. Antes de llegar a China, ya había estudiado mucha historia de China, el Daotejing, el Yijing. También había estudiado Taijiquan en el barrio chino de la Habana y algo de medicina tradicional china y masajes. Yo siempre he tenido una buena disposición hacia la cultura china, sobre todo en lo referente al Wushu. Desde mi llegada estuve muy claro que mi objetivo era aprender de esta cultura milenaria. Creo que la cultura cubana y la cultura china tiene muchas cosas en común. Por ejemplo, el respeto a los mayores, el respeto a las tradiciones, a la familia, la fidelidad entre amigos. No obstante, hay cosas en la cultura china que no he podido asimilar como por ejemplo su concepto de privacidad. La primera pregunta que te hace un chino cuando te conoce es cuánto dinero tú ganas. Si estás en el metro escribiendo un mensaje en tu móvil, hay de pronto tres personas detrás de ti mirando lo que escribes. Tampoco me agrada el exacerbado individualismo que existe en la sociedad. Pero lo que más me molesta, hasta sacarme de quicio, es la “metedera de pie” (en cubano: sacar ventaja irrespetuosamente o por la fuerza) en las colas, en el metro… en cualquier situación. Casi nadie espera su turno o piden permiso, sencillamente te arrollan.
Lo que más me gusta del carácter chino es la paciencia y el empeño que ponen en las cosas. Cuando quieren hacer algo no se detienen ante nada.
Lo que más aborrezco es su desmedido amor por el dinero.