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Urge un pensamiento multicultural en las empresas estatales chinas en el extranjero

Actualizado a las 25/12/2014 - 16:16
Palabras clave:multicultural,pensamiento,estatal,empresa
Urge un pensamiento multicultural en las empresas estatales chinas en el extranjero

Por Chris Dalby 

Pekín,24/12/2014(El Pueblo en Línea)-Todo parece indicar que hay tres principales tendencias acerca de las inversiones chinas en el extranjero. Hay quienes le dan la bienvenida al capital chino en sus empresas locales, especialmente después de la crisis financiera de 2008. Otros todavía no ven más allá del concepto de China como la "amenaza amarilla" e interpreta las inversiones chinas en ultramar como una forma de guerra económica contra Occidente. El tercer grupo considera que el aumento de la inversión extranjera directa de China es el resultado de sus sólidas políticas económicas.

Cualquier zona de este debate no altera lo inevitable. En lo económico, China es y seguirá siendo un pilar del comercio global, junto a otros poderes económicos como Estados Unidos, Japón, Europa o Medio Oriente.

Sin embargo, mientras que las compañías chinas se expanden por todo el planeta, muchas de sus prácticas comerciales se siguen ejecutando con la mentalidad de casa. En un mundo definido por el multiculturalismo, este error cuesta caro. En 2013, las inversiones chinas en el extranjero alcanzaron un récord de 108 miles de millones de dólares, sin embargo casi un 30 por ciento fueron condenadas al fracaso.

Un ejemplo reciente ocurrió en México cuando la Corporación de Construcción Ferroviaria de China (CRCC) perdió una licitación para construir una línea de tren ligero entre la ciudad de México y Querétaro. Después de ganar el contrato, CRCC quedó atrapada en el fuego cruzado de la política mexicana. Y el presidente Peña Nieto canceló el acuerdo debido a las denuncias de los medios de comunicación, que expusieron los estrechos vinculos del mandatario con el Grupo Higa, el socio mexicano de CRCC. Técnicamente a CRCC no hay nada que reprocharle, sin embargo su falta de tacto le costó mucho dinero.

En otros lugares, las pifias son muy variadas. En África, muchas empresas chinas están todavía tratando de sacudirse de encima las denuncias de corrupción a los altos dirigentes locales y la imagen de depredadoras de los recursos del continente. En diciembre de 2013, las actividades mineras chinas en Zambia fueron suspendidas por el gobierno, pendiente de una investigación sobre denuncias de estas cuestiones. También hay que señalar que otras empresas chinas en África han tenido éxito y no se han detenido. Por ejemplo, CRCC aseguró una licitación de 12 mil millones de dólares para construir un ferrocarril en Nigeria, el contrato más grande de ingenieria logrado en el extranjero.

Sin embargo, los analistas coinciden en la "vista corta" de querer repetir patrones y atajos, con el guanxi como estandarte (conexiones). Este exceso de "manejo nacional" está comenzando a ser un arma en contra de la expansión económica de China. Las empresas chinas ponen demasiado interés en las relaciones personales con poderosos, sin asegurarse de quiénes son esos socios, qué relación tienen con el gobierno, cómo los cambios electorales podrían anular los acuerdos y sobretodo de sus antecedentes, pues una mala reputación mancha todo lo que toca. Este fallo, que parece de aficionados, pone en peligro la fiabilidad de las empresas chinas y su éxito en el extranjero. Las empresas occidentales consultan y escuchan a expertos como Kroll o Control Risk, para graficar controles de riesgos y anticipar los potenciales obstáculos y problemas antes de que se produzcan. Las empresas chinas deben seguir este ejemplo.

Las principales víctimas de esta tozudez han sido las empresas de propiedad estatal (EPE). Las empresas estatales no tienen las mismas restricciones en el gasto de capital que las privadas ni necesitan responder a un comité de accionistas, lo que hace que el rigor en el diseño de estrategias y en la toma de decisiones no sea el mismo.

Las empresas privadas chinas tienen una tasa de éxito del 90 por ciento en su inversión en el extranjero, pues han tenido que aprender el difícil camino de insertarse, sin quebrar, en un mundo multicultural y complejo. Aprobar millones de dólares en un proyecto de infraestructura o explotación minera en una parte remota del mundo y ver que se hunde y el capital invertido desaparece, a un ejecutivo privado ni siquiera le pasa por la mente.

Este es el ejemplo que deben seguir las empresas estatales chinas. Preocuparse por abandonar las viejas fórmulas locales de éxito y dejar de tratar de injertarse o esperar favores de funcionarios con poder. De muchos de estos flagrantes casos en el extranjero, las empresas estatales chinas son responsables.

La Fiscalía Suprema anunció que más de 10 mil funcionarios fueron reemplazados en empresas estatales durante una campaña anticorrupción. Mientras que esta investigación se centró sobre todo en proyectos nacionales, esperemos que también incida en la conducta de las empresas estatales en el extranjero. Lo primero y más evidente: la corrupción debe ser erradicada. Lo segundo: dejar de aplicar la pícara técnica del injerto, que tan malos resultados viene demostrando.

Las empresas estatales deberían aprovechar la oportunidad de aprender de sus contrapartes privadas y dedicarse más a comprender las singularidades y desafíos locales, antes de invertir en terreno desconocido. 

El autor es director editorial de la Editorial de Negocios de México

 

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