COMENTARIO: Abe necesita reflexionar seriamente sobre su agenda derechista tras su reelección

Actualizado a las 25/12/2014 - 16:47

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BEIJING, 24 dic (Xinhua) -- El Parlamento japonés volvió a nombrar a Shinzo Abe primer ministro, evitando al país insular otra ronda de liderazgos rotatorios.

Pero mientras saborea el momento de triunfo, Abe necesita recordar que su victoria es resultado, no tanto del apoyo público a sus políticas, como de la frustración de un electorado que no tiene mejores alternativas.

Durante su mandato los últimos dos años, el sistema político de Japón se ha visto cada vez más infestado con elementos derechistas radicales, y Abe no ha conseguido, o nunca ha verdaderamente intentado, curar las traumatizadas relaciones de su país con China y la República de Corea.

En el frente económico, el esperado paquete de reformas económicas ha resultado ser un puñado de decepciones. La tercera mayor economía del mundo se encuentra ahora mismo técnicamente en recesión, y el comercio extranjero de Japón no ha podido conseguir sus mejores logros, debido a los agriados lazos con otros países.

Por ello, la reelección de Abe no debería ser nada menos que un momento de reflexión. Dada la desafortunada realidad, sería aconsejable e imperativo que use su mandato sabiamente.

Una de sus principales prioridades debería ser poner a la derecha japonesa en perspectiva, revisar su agenda nacionalista y mantener la tendencia derechista a raya.

El alarmante cambio, caracterizado por los repetidos intentos de Tokio de negar y encubrir las atrocidades militaristas perpetradas por Japón en la Segunda Guerra Mundial, ha puesto los nervios de la región de punta, y ha envenenado el entorno internacional que Japón necesita para una rápida recuperación económica.

Es de sentido común que si no construyen primero una confianza y mejoran las relaciones con sus vecinos, los intentos de Japón de conseguir una postura de defensa más activa, con una mayor capacidad de ataques preventivos, no solo es irresponsable, sino peligroso.

Además, el pueblo japonés ha hablado. La oposición pública doméstica a sus trucos de acabar con la Constitución pacifista nipona y permitir a sus tropas combatir en el extranjero debe haber sido suficientemente vehemente como para enviarle el mensaje correcto.

Al considerar esto, Abe y su nuevo ministro de Defensa, que posiblemente será Gen Nakatani, necesitan actuar con prudencia. Ambos abogan por un papel más fuerte de las Fuerzas de Autodefensa niponas, por eso la comunidad internacional debe vigilarlos y recordarles constantemente que no deben llegar demasiado lejos.

Una área donde Abe debe actuar audazmente es el frente de las relaciones extranjeras. Necesita conseguir más coraje político y esforzarse por establecer un modo de interacción con sus vecinos que corresponda a los intereses a largo plazo de su país.

Algo alentador es que los lazos entre China y Japón han mostrado signos de descongelación, ya que ambas partes celebraron una cumbre el mes pasado después de alcanzar un consenso de cuatro puntos. Abe debe aprovechar esta oportunidad, respetar el acuerdo logrado con mucho esfuerzo, y trabajar con China para obtener una pronta mejora de sus lazos bilaterales.

Con la reelección, Abe ha logrado apartarse de los disturbios políticos en su país. Sin embargo, solo con más inteligencia política y valor puede crear un legado verdaderamente meritorio para su país.