El presidente de Ecuador, Rafael Correa, desafió hoy a la oposición a que llame a una consulta popular de revocatoria del mandato prevista en la Constitución, ante un supuesto descontento de la población a su gestión.
El llamado lo hizo durante un discurso que pronunció ante miles de simpatizantes que se concentraron en la Plaza de la Independencia, en el centro de Quito, en apoyo al Gobierno luego de una semana de protestas callejeras contra el gobierno.
"Quieren sacar al presidente, quieren ser demócratas, vamos democráticamente, apliquen el artículo 105 de la Constitución: llamen a una consulta de revocatoria y con inmenso gusto los derrotaremos nuevamente en las urnas", les dijo Correa a sus detractores.
El mandatario, quien gobierna desde 2007, goza de altos niveles de popularidad superiores al 50 por ciento, y ha ganado tres elecciones presidenciales.
El gobernante destacó que "el odio a Correa" ha unido a la derecha y la llamada izquierda revolucionaria en su país, con el objetivo de desestabilizar a su gobierno y "si pueden llegar a un golpe de Estado".
"Ellos (la oposición) tienen la fuerza, la violencia, ilimitado poder económico, los medios de comunicación, pero nosotros los tenemos a ustedes y venceremos compañeros. A defender sin violencia, pero con absoluta firmeza esta revolución", señaló Correa a sus seguidores.
Los simpatizantes del mandatario respondían con arengas como "Correa no se va" y "Correa amigo el pueblo está contigo", mientras flameaban banderas del oficialismo y del país.
Correa recalcó que está en marcha una conspiración de la oposición, a la que acusó de utilizar como pretexto dos reformas tributarias que impulsa el gobierno en la Asamblea Nacional (Congreso), de mayoría oficialista.
Durante la última semana, sectores opositores han promovido protestas en Quito y otras ciudades en rechazo a las enmiendas, porque según dicen, afectan a los pobres y a la clase media, pero el gobierno lo niega categóricamente.
Este lunes, el mandatario volvió a defender las iniciativas calificándolas de "muy buenas", ya que buscan una mejor distribución de la riqueza, y ofreció archivar las leyes si la derecha demuestra que afectan en los pobres.
"Que me demuestren que afectan a los pobres y yo mismo pediré el archivo de esas leyes, si no, se ratifica que son mentirosos; no lo podrán hacer porque están mintiendo", apuntó.
La reforma más polémica es la llamada "Ley de Herencias" que busca gravar con una tarifa mayor a la actual al patrimonio recibido por herencias, donaciones u otro de tipo gratuito.
Según Correa, ésta afecta al 2 por ciento de la población donde se encuentran familias acaudaladas que concentran el 90 por ciento de las grandes empresas de este país.
"La distribución de la riqueza, los poderosos no quieren; los hijos de la burguesía deberían ser los primeros en revelarse ante un país injusto. ¡Cuánta prepotencia de la burguesía, de los empresarios!", fustigó.
Sostuvo que toda acumulación de riqueza excesiva es "inmoral e injusta", y que la oligarquía y los ricos, que se sienten afectados, son los que están engañando a los pobres y a la clase media para sacarlos a protestar contra el gobierno.
"Esta gente está luchando por una conspiración, hay opositores que en base a la fuerza quieren lograr lo que no alcanzaron en las urnas, que nadie se engañe, y una de sus estrategias es la movilización permanente, generar violencia, desestabilizar al gobierno", razonó.
Correa consideró que "sería la peor de las derrotas" bajar la guardia ante la conspiración de la derecha, y por ello pidió a sus seguidores estar más atentos que nunca.
"En esta revolución nadie se me cansa, a estar más alertas que nunca contra el golpismo, contra los desestabilizadores, los mismos de siempre que quieren regresar al poder", dijo tras gritar insistentemente: "los del pasado no volverán".
"Juntos somos invencibles. Somos más, muchísimos más", finalizó mientras agitaba la bandera de Ecuador.