BEIJING, 10 jul (Xinhua) -- China señaló hoy que la repatriación de Tailandia de más de 100 uygures hacia China es una cooperación normal entre países, así como una obligación internacional, y agregó que China no aceptará la politización del asunto por parte de fuerzas extranjeras.
"Los ciudadanos de minoría china repatriados son inmigrantes ilegales que viajaron y permanecieron en Tailandia a través de varios canales", comentó la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, en una conferencia de prensa regular.
La inmigración ilegal utiliza pasaportes falsos, viola la ley y altera el orden internacional normal de entrada y salida, dijo.
Éstas fueron las declaraciones de Hua al comentar la repatriación de uygures llevada a cabo el miércoles por Tailandia, lo cual provocó protestas de países como Estados Unidos y Turquía, y generó la preocupación del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
La portavoz indicó que algunos gobiernos y fuerzas extranjeros han ignorado los hechos al calificar incorrectamente a esos inmigrantes ilegales como "refugiados", criticar la cooperación de aplicación de la ley entre China y Tailandia y politizar el asunto.
"Eso sirve como connivencia en la inmigración ilegal y el contrabando, y es una violación a los tratados internacionales correspondientes y a la ley, lo cual daña los esfuerzos conjuntos mundiales para el combate de la inmigración ilegal. Nunca aceptaremos eso", dijo Hua.
Además, condenó los recientes actos de violencia contra ciudadanos y organizaciones chinos y tailandeses en Turquía luego de la repatriación de los uygures de Tailandia.
"Valoramos profundamente la promesa del gobiernos turco de nunca permitir a nadie realizar actividades de sabotaje contra intereses de China en su territorio, y pedimos a Turquía que tome medidas efectivas para proteger la seguridad y los derechos legítimos de las embajadas y del personal de China y de otros países", señaló Hua.
"Protestamos enérgicamente ante los intentos de algunas fuerzas para interferir en los asuntos internos de China a través de temas étnicos y religiosos y para alterar la seguridad y la estabilidad de China", mencionó la portavoz.
"Esos intentos están destinados al fracaso", agregó.