NACIONES UNIDAS, 18 ago (Xinhua) -- Muchas de las personas que salvan vidas en zonas de desastres de todo el mundo son gente común que ayuda voluntariamente, comentó Kieran Dwyer, jefe de comunicación de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, siglas en inglés), a Xinhua en una entrevista reciente.
Dwyer habló con Xinhua en víspera del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria de este año, que se conmemora el 19 de agosto. Para celebrar el día, OCHA se enfoca en historias de la humanidad compartida, desde voluntarios en Siria hasta un sherpa nepalés que ayudó a llevar comida a aldeas remotas después de un sismo.
VOLUNTARIOS COMUNES
Dwyer comentó que muchos de los trabajadores humanitarios del mundo son personas comunes.
"Son voluntarios, personas comunes que han dicho 'podemos hacer algo' y literalmente salvan vidas", señaló.
El funcionario mencionó el caso de Khaled de Siria, miembro del equipo voluntario de búsqueda y rescate llamado Cascos Blancos.
Después de que un edificio de apartamentos fuera destrozado por una bomba, Khaled y su grupo llegaron para buscar sobrevivientes.
"Pudieron escuchar a un bebé llorar y hallaron a una mujer desconsolada que no encontraba a su bebé", narró Dwyer.
Khaled y el resto del equipo de búsqueda y rescate empezaron a buscar entre los escombros al bebé, y el momento en el que Khaled sacó al bebé vivo, momento que quedó capturado en una imagen fotográfica, lo describe como el mejor día de su vida.
"En medio de lo peor que le ocurre a la gente hay una nueva vida gracias a esos voluntarios que han decidido poner su humanidad en la línea", dijo Dwyer.
La razón por la cual los Cascos Blancos son especiales es porque son personas comunes, expresó.
"En sus vidas normales antes de que empezara la guerra (los Cascos Blancos) eran panaderos, conductores, contadores, abogados, personas comunes que iban a su empleo diariamente", señaló.
La OCHA aprovecha el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria para atraer la atención hacia el sorprendente trabajo de los trabajadores humanitarios como Khaled, así como los desafíos que enfrentan.
RIESGOS DE SEGURIDAD
Uno de los riesgos que enfrentan socorristas como los Cascos Blancos es que ellos mismos se conviertan en blanco de ataque.
"La ley humanitaria internacional exige que cualquiera que pertenezca a un bando en un conflicto respete y proteja a los trabajadores humanitarios, aunque de manera alarmante, esto no siempre se cumple", dijo Dwyer.
"Si un trabajador humanitario no está protegido al llevar a cabo su labor, no se trata sólo de él", explicó Dwyer. "Significa que no puede llevar la ayuda para salvar vidas a miles, a veces a millones de personas, así que se trata de un gran problema".
En todo el mundo, señaló Dwyer, existen más de 80 millones de personas que reciben todos los días ayuda humanitaria que salva vidas.
Esta cifra, junto con el costo de ofrecer la ayuda humanitaria, se ha duplicado en los últimos 10 años, lo que deja un déficit de fondos, comentó.
Dwyer dijo que una de las razones es que los conflictos en la actualidad duran más. Ochenta por ciento de la ayuda humanitaria es ofrecida a gente que vive en las áreas afectadas por el conflicto.
"Uno de los mayores desafíos en el mundo actual es que el 80 por ciento del esfuerzo humanitario se lleva a cabo en situaciones relacionadas con conflictos y eso significa que para llevar la asistencia que salva vidas, los trabajadores humanitarios se encuentran a menudo en un gran riesgo físico de ser atacados o asesinados".
"Debido a que las crisis duran más ejercen una presión fuerte sobre el sistema global y requieren que todos compartan su humanidad y hagan un poco más", indicó.
Contar las historias de los trabajadores humanitarios y de la gente a la que están ayudando puede ayudar a unir a la comunidad internacional para abordar estos desafíos.
Dwyer expresó su deseo de que historias como la de la voluntad de Khaled muestren lo que compartimos como humanidad.
"Lo que compartimos como personas es mucho más importante que lo que nos hace diferentes", comentó Dwyer. "Tenemos culturas distintas, pero todos somos humanos, así que compartimos esa humanidad".