BUENOS AIRES, 8 sep (Xinhua) -- "Vamos al chino, que seguro tiene y todavía está abierto".
Esa frase, con más o menos detalles, es la que casi a diario utilizan cientos de residentes de esta capital argentina, en alusión a los supermercados chinos, uno de los canales de cercanía para quienes deben hacer compras, desde productos de consumo básico, como alimentos, hasta artículos de limpieza o perfumería.
Con más de 10.300 establecimientos en el país sudamericano, esta clase de comercios ha debido y sabido adaptarse ante la competencia, toda vez que grandes cadenas, nacionales, como Coto, e internacionales, como la francesa Carrefour, han decidido imitar el formato, con la apertura de versiones "exprés".
"Siempre me salva. Bajo del tren en la estación y llego a tiempo, porque los demás locales, pasadas las 9 de la noche, están cerrados", remarcó a Xinhua Josefina de Rossi, en referencia al local ubicado en la calle Echeverría al 3100, a metros de la estación de trenes de Belgrano R, del ramal Mitre.
En ese contexto, muchos de los supermercados chinos se han ajustado al formato de venta de comida por peso, ideal para los oficinistas del centro "porteño", o se han trasladado al interior del país.
En declaraciones a esta agencia, el titular de la Cámara de Autoservicios y Supermercados Propiedad de Residentes Chinos (Casrech), Miguel Calvete, dijo que en la actualidad existen 10.316 supermercados chinos, un 4 por ciento menos que a fines de 2013, cuando se contabilizaba un total de 10.788 locales.
Un total de 517 está registrado en Buenos Aires.
El dirigente mencionó que ello obedeció a "un amesetamiento del consumo, que afecta no sólo a nuestros comercios, sino a todos los canales de proximidad, como los tradicionales almacenes de barrio, y también al accionar de los grandes jugadores".
En ese marco, el sector prevé oficializar un nuevo software para teléfonos inteligentes denominado "Red de Compras", con el que se busca reducir costos y mejorar así la competitividad ante los grandes supermercados y ofrecer precios más bajos a los consumidores.
Según Calvete, la aplicación móvil permitirá encontrar un "puente más directo entre la industria y los puntos de venta de proximidad en general", en el marco de un grupo de políticas tendientes a recuperar al sector.
En una segunda etapa la aplicación estará disponible también para que los consumidores puedan realizar sus compras minoristas en los diferentes puntos de venta que se adhieran al sistema.
"El concepto busca también forjar nuevos jugadores en el sistema de comercialización, incorporar nuevas industrias al mercado e intercomunicarlos fácilmente para evitar la cartelización de las grandes empresas".
María trabaja en una oficina del exclusivo barrio de Recoleta, y es habitual visitante del supermercado chino "Eber", ubicado en la calle Rodríguez Peña, a metros del cruce con Posadas. "Cuando tengo una compra de apuro, o algo chico, siempre me viene bien. Por ejemplo, compro golosinas antes de entrar al cine, donde los precios son mucho más caros", ilustró.
La modificación de supermercado a local de comida también sirve a los residentes de esta ciudad. Es el caso de Pablo Elverden, que visita "La Muralla", un establecimiento ubicado en la calle Chacabuco, propiedad de Wang Xiaoli. "Croquetas de acelga, pollo al vapor, ensalada de tomate y lechuga. Ese es mi almuerzo casi todos los días", sonríe.
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