WASHINGTON, 26 sep (Xinhua) -- Los compromisos de China y Estados Unidos, principales economías del mundo, han inyectado nueva energía a la lucha global contra el cambio climático, a la vez que refuerzan las perspectivas respecto a la deseada consecución de un ambicioso pacto en París este año, indicaron expertos medioambientales.
El presidente de China, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, concluyeron el viernes su reunión en la Casa Blanca con una declaración conjunta que describe una serie de acciones internas y compromisos financieros, incluido el compromiso de China de un fondo de 20.000 millones de yuanes (unos 3.000 millones de dólares estadounidenses) destinado a ayudar a los países en vías de desarrollo a combatir el cambio climático.
Los compromisos, producidos aproximadamente una semana tras la celebración de la primera cumbre China-EEUU sobre ciudades climáticamente inteligentes y de bajo carbono en Los Angeles, se basan en el histórico acuerdo alcanzado por Xi y Obama en noviembre del año pasado en Beijing, donde China acordó alcanzar su máximo nivel de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, mientras que EEUU se comprometió a recortar las emisiones entre el 26 y el 28 por ciento por debajo del nivel de 2005 antes de 2025.
CAMBIO SIGNIFICATIVO EN LA FINANCIACION CLIMATICA
"Creo que es muy alentador escuchar detalles sobre cómo China y EEUU adoptan algunas medidas para convertir el acuerdo climático en una acción concreta", señaló a Xinhua Jennifer Turner, directora del Foro del Medio Ambiente de China en el Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson, con sede en Washington.
Lo más destacado de la declaración conjunta es que en 2017 China pondrá en marcha un histórico sistema nacional de comercio de derechos de emisiones (ETS, siglas en inglés), que abarca los sectores de la generación de energía, el acero, el cemento y otros con una alta emisión, en el que China ha trabajado desde hace unos 20 años con varios socios estadounidenses.
Aunque los siete programas pilotos del ETS que se han aplicado en ciudades y provincias chinas aún no son exitosos, sí son útiles para ayudar a experimentar sobre algo que puede funcionar mejor en China y así expandirse a nivel nacional, indicó Turner.
Además, mediante su compromiso con dicho programa al más alto nivel, China esclarece sus intenciones a empresas e inversores de transformarse en una economía con bajas emisiones de carbono, expresó en un comunicado Andrew Steer, presidente del Instituto de Recursos Mundiales, grupo medioambiental con sede en la capital de EEUU.
"Es un compromiso notable, en especial de China, que aún tiene un Producto Interno Bruto (PIB) inferior al de EEUU, y sobre la base per cápita, es más pobre", apuntó Deborah Seligsohn, experta en medio ambiente chino de la Universidad de California en San Diego.
Sarah Ladislaw, del estadounidense Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, siglas en inglés), y Michelle Patron, del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, calificaron el compromiso chino de "un cambio significativo" en el panorama de la financiación climática, ya que ha ampliado el conjunto de los principales donantes más allá de los países industrializados.
"La financiación climática, especialmente la capacidad de los países de cumplir sus compromisos financieros, seguirá siendo un tema de mucho debate en las inminentes negociaciones, aunque la promesa de China en la materia cambia la discusión hacia una dirección positiva", comentaron en un artículo publicado en la página web del CSIS.
Al hacerse eco de esto, Steer calificó este compromiso de "un momento de viraje" que eleva a China a un nuevo nivel respecto a la financiación climática. "Estos nuevos flujos de recursos deberían reafirmar a los países en vías de desarrollo que la financiación climática estará disponible desde un más amplio grupo de contribuyentes", añadió.
El gobierno de EEUU, por su parte, renovó el compromiso de 3.000 millones de dólares para el Fondo Verde para el Clima de la ONU, contraído por Obama durante una reunión del Grupo de los Veinte (G20) el año pasado en Australia.
Aun así, todo el gasto público de la administración estadounidense está en manos del Congreso, donde los republicanos se han comprometido a bloquear la primera solicitud de financiación de 500 millones de dólares por parte de Obama.
La declaración conjunta del viernes podría ser una ayuda oportuna para el presidente de EEUU, quien pretende cimentar su legado en el tema climático antes de concluir su segundo y último mandato en 2016.
A juicio de Ladislaw y Patron, la decisión de China de anunciar en Washington su sistema de comercio de derechos de emisiones también dispone de un "alto simbolismo", teniendo en cuenta que se hace justamente en la capital estadounidense, donde ha fracasado el apoyo del Congreso a propuestas similares debido en parte a las preocupaciones competitivas respecto a China.
"El debate sobre el nivel de comparación de los esfuerzos será seguramente un área de interés, pero ahora es imposible decir que algún país sea inactivo", puntualizaron.
INCREMENTO DE LAS PERSPECTIVAS SOBRE ACUERDO EN PARIS
Durante la mencionada reunión climática realizada los pasados días 15 y 16 en Los Angeles, alrededor de dos docenas de gobiernos locales de China y EEUU anunciaron sus respectivos planes ambiciosos en cuanto a la lucha contra el cambio climático.
Un total de 11 provincias y ciudades de China se comprometieron a alcanzar su nivel más alto de las emisiones de dióxido de carbono para el período 2020-2030. En tanto, estados y metropólis de EEUU aseguraron que incrementarán el porcentaje de su consumo de energías renovables y recortarán considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por ejemplo, el estado de California prometió reducir sus emisiones contaminantes en un 40 por ciento respecto a los niveles de 1990 para 2030, y un 80 por ciento para 2050, en el que es el más ambicioso objetivo en EEUU.
"El anuncio del presidente Xi, al que se suman los compromisos de las 11 provincias y ciudades chinas hechos la semana pasada para emprender una acción más rápida respecto al clima con los socios de EEUU, constituye una buena señal para ayudar a catalizar muchas más promesas serias de parte de otros países en las próximas conversaciones climáticas", dijo Turner.
En este sentido, la perspectiva de lograr un ambicioso acuerdo en la conferencia climática de la ONU programada para diciembre en París genera cada vez más optimismo, consideró.