La moneda de Bolivia mantendrá su cotización respecto del dólar estadounidense en 2016 para tener estabilidad y evitar presiones inflacionarias, anunció hoy el ministro de Economía, Luis Arce.
La moneda boliviana se mantendrá estable "mientras no haya algo que nos haga pensar lo contrario, lo vamos a mantener. Por el momento, nosotros no vemos que tengamos que hacer ninguna modificación en el tipo de cambio", declaró Arce a periodistas en la ciudad de La Paz.
Esta decisión gubernamental descarta aceptar algunos pedidos de sectores exportadores y productores, además de recomendaciones realizadas por analistas nacionales ante un clima internacional adverso.
La Cámara de Industria y Comercio (Cainco) manifestó en varias oportunidades su preocupación por el deterioro del valor de las exportaciones y propuso una devaluación de la moneda nacional para que los productos sean más competitivos.
Bolivia esgrimió varios argumentos que sustentan su posición para evitar una devaluación de su moneda respecto del dólar estadounidense, como lo hicieron países vecinos y China, principalmente por la estabilidad que mantiene hace una década, evitar la presión inflacionaria y mantener la política de bolivianización.
El gobierno, el Banco Central de Bolivia (BCB) y expertos economistas coincidieron por separado que la depreciación del yuan ni la baja cotización del petróleo tendrán efectos lapidarios para el país andino.
Una devaluación del boliviano, la moneda local, si puede significar un gran golpe para Bolivia porque generaría inestabilidad, ya que la "bolivanización" es una política pilar del gobierno del presidente Evo Morales.
Las transacciones financieras en moneda nacional alcanzan un promedio de 85 por ciento en Bolivia.
El presidente del BCB, Marcelo Zabalaga, aclaró que la depreciación de la moneda nacional puede generar inflación con graves consecuencias para la estabilidad que goza Bolivia desde hace una década.
El economista y catedrático de la estatal Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Oscar Heredia, explicó a Xinhua que la moneda nacional debe mantener su valor porque la política monetaria está basada en la bolivianización y con una devaluación ya no "habría una estabilidad".
"Tenemos, en síntesis, una balanza comercial equilibrada, pese a la caída de exportaciones. No existe ningún fundamento para que se pueda generar un proceso devaluatorio, los fundamentos de la economía, aún en caída de precios, siguen siendo fuertes", afirmó.
COSTOS POLITICOS Y ECONÓMICOS
El economista Heredia señaló que los argumentos para no salirse del actual sistema de tipos de cambio del dólar y para no devaluar, por los altos costos políticos y económicos que pueden acarrear, son comprensibles y razonables, no obstante consideró que las políticas salariales y fiscales tienen que ser consistentes con la política cambiaria.
"Para ponerlo en términos simples, se dice que hay sobrevaluación cuando los precios del país en términos de dólares son más altos que los de los países con los que comerciamos", explicó.
Según el experto, las sobrevaluaciones suelen ser muy destructivas porque penalizan en primer lugar a los productores que exportan o cuya producción tiene que competir con las importaciones.
En Bolivia, un país que exporta pocas manufacturas, el riesgo principal es para los productores que tienen que enfrentar la competencia de las importaciones y, con mayor razón, cuando son importaciones de contrabando.
BOLIVIANIZACION
En la última década, el BCB posibilitó la caída en 33 oportunidades del dólar para fortalecer el peso boliviano, enfrentar la inflación y mantener la estabilidad financiera, tal cual lo establece la política de bolivianización.
Desde 2006, año en el que asume la presidencia del país Evo Morales, a la fecha, la moneda estadounidense bajó de 8,08 a 6,96 bolivianos, es decir descendió 1,12 bolivianos, lo cual representa una caída del 16 por ciento.
La última apreciación del boliviano se registró el 2 de noviembre de 2011.
Desde entonces, hasta la fecha, la moneda estadounidense se cotiza en 6,96 bolivianos a la venta y en 6,86 bolivianos a la compra.
En la década de los 80 y 90 la economía se encontraba prácticamente dolarizada.
La compra y venta de la mayoría de los artículos, las captaciones del sistema financiero nacional y el pago de salarios, los alquileres y anticréticos giraba en torno a la moneda extranjera y los librecambistas abundaban en las calles de todo el país.
La política cambiaria aplicada por el instituto emisor en los últimos ocho años hizo posible la bolivianización de las operaciones financieras.
Enla actualidad el 82 por ciento de los depósitos en el sistema financiero están en moneda nacional y la cartera de créditos llega al 93 por ciento, detalló el presidente del BCB.