Como próximo anfitrión de la Cumbre 2016 del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), Perú seguirá dando a las iniciativas sobre negocios inclusivos (NI) prioridad en la agenda para el desarrollo de la cooperación en la región.
Así lo explicó en una entrevista hoy, viernes, Félix Denegri Boza, embajador peruano en Filipinas, al enfatizar que los éxitos logrados en el APEC 2015 "no son sólo para un año sino que deben mantenerse porque necesitamos seguir fortaleciendo nuestas economías básicas".
Añadió que Perú está muy comprometido con el desarrollo de la inclusividad social en América Latina y también contempla los negocios inclusivos en su programa estatal.
"Empezamos a comprender las ventajas del apoyo a los NI porque América Latina tiene la mayor disparidad en la distribución de la riqueza", indicó.
Denegri anotó que Perú vivió diez buenos años de crecimiento a un promedio de más del 6 por ciento y, pese a la pobreza extendida, las inversiones en materia de educación e infraestructuras todavía son prioridades del país.
"Los NI son sumamente importantes para construir la capacidad que influirá en la gente a la hora de trabajar y lograr la autonomía. Esto es lo que queremos buscar como próximo anfitrión del APEC", enfatizó Denegri.
Como sede del APEC 2015, Filipinas impulsó durante todo el año el concepto del crecimiento inclusivo como uno de los puntos neurálgicos de la agenda.
"Deseamos obtener un entendimiento común y un valoración más profunda sobre los NI, explorar sus grandes oportunidades y elaborar los próximos pasos", señaló el subsecretario de Comercio filipino, Adrián Cristóbal Jr.
Agregó que Filipinas espera que sus esfuerzos sirvan para crear un lugar permanente para los negocios inclusivos en el APEC y continuarlo cuando Perú la suceda como presidente del foro de 2016.
Los NI son modelos innovadores donde las compañías convierten a las comunidades de ingresos pobres y bajos en socios, clientes, suministradores y empleados en sus cadenas de suministro sin estar motivadas por razones caritativas sino por sentido del negocio.
La integración de estas comunidades en las cadenas globales de valor mejora su calidad de vida y favorece los negocios con sistemas diversificados de suministro y distribución.