BEIJING, 3 dic (Xinhua) -- Cuando Deng Jianhua, un alto funcionario del órgano asesor político de la ciudad de Shaoguan de la provincia sureña china de Guangdong, ofreció un espléndido banquete de bodas para su hija no sabía que sería sancionado un mes después por infringir el código de frugalidad del 2012 de China.
El 4 de diciembre de 2012, la dirigencia recién elegida del Partido Comunista de China (PCCh) introdujo las ocho normas para mejorar el estilo de trabajo de funcionarios del Partido y del gobierno, y mostró su determinación de combatir los prolongados problemas de formalismo y burocracia, y rechazar los derroches entre los miembros del Partido.
"No tomé con seriedad las normas de ocho puntos. Pensé que sólo era otro documento del gobierno lleno de palabras vacías. Ahora lamento lo que hice", declaró Deng, quien fue disciplinado en septiembre.
Han pasado tres años desde que entró en vigor el código de austeridad en China, y hasta finales de octubre de 2015 se han reportado alrededor de 104.900 violaciones a las normas en todo el país, en los que más de 138.800 funcionarios fueron sometidos a acción disciplinaria, dio a conocer hoy la Comisión Central de Control Disciplinario (CCCD) del PCCh.
Las normas de frugalidad del país han generado importantes cambios en las mentes de funcionarios y de políticos chinos, y han sido elogiadas por todos los chinos.
UN NUEVO COMIENZO
Las normas de ocho puntos, adoptadas apenas 20 días después de que los nuevos dirigentes del PCCh fueran elegidos, han sido calificadas por muchos como el comienzo del esfuerzo del PCCh para una normatividad integral y estricta del Partido y para el combate de la corrupción.
Sin embargo, al igual que Deng, al principio muchos consideraron a las nuevas normas como simple retórica, hasta que la CCCD expuso seis casos de violaciones por primera vez el 19 de marzo de 2013.
Los seis casos involucraron el uso de vehículos de gobierno para asuntos personales, proporcionar subsidios no autorizados, el uso de dinero público para recepciones extravagantes y viajes, acciones que solían ser comunes en el país.
"Sólo cuando la gente vio que algunos otros eran disciplinados o degradados por violar el código de austeridad, finalmente se dieron cuenta de la importancia de acatar las normas y de tomarlas con seriedad", indicó Xie Chuntao, profesor de la Escuela del Partido del Comité Central del PCCh.
UN INCESANTE ESFUERZO
Durante los tres años de adopción de las normas de ocho puntos, la CCCD ha introducido una serie de medidas para manejar los hábitos indeseables de trabajo.
Desde agosto de 2013, el máximo órgano supervisor anticorrupción del país estableció un sistema mensual de reporte para supervisar el cumplimiento de las normas de frugalidad en toda la nación.
La CCCD también expuso casos típicos, en los que identificó y avergonzó públicamente a los infractores, desde jefes de aldeas hasta funcionarios provinciales y ministeriales, a través de su página de internet.
Ellos advirtieron a los funcionarios que no distribuyan bonos y que no den ni reciban regalos ilícitos por celebraciones. Además, reforzaron la supervisión durante los períodos de celebraciones.
En julio la CCCD publicó un formato en su portal invitando al público a reportar gastos excesivos de parte de funcionarios.
Sin embargo, estadísticas de la CCCD indican que falta mucho por hacer para corregir los hábitos indeseables de trabajo de los funcionarios.
Datos oficiales muestran que en 2013 se reportaron 24.521 violaciones en las que estuvieron involucrados 30.420 funcionarios. El número aumentó en 2014, cundo un total de 71.748 infractores implicados en 53.085 casos fueron disciplinados.
De enero a noviembre de este año, se reportaron 27.328 casos que violaron el código de austeridad y 36.699 funcionarios fueron castigados.
En 2015, China pidió una mayor vigilancia debido a que el derroche, el formalismo y la burocracia toman nuevas formas difíciles de detectar.
"China tiene que seguir trabajando para mejorar el estilo de trabajo de los funcionarios a través de una sólida aplicación de las normas de ocho puntos, lo cual requiere de la participación del público y de todos los miembros del PCCh", comentó Gao Bo, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de China.
UN CAMBIO POSITIVO
Zhu Mingan, funcionario del gobierno del distrito Nanhu de la ciudad de Jiaxing en la provincia oriental de Zhejiang, quien solía terminar su trabajo siempre muy tarde, ahora goza cenando con su familia todos los días.
"Las normas de ocho puntos me han quitado el deber de tener que cenar con funcionarios superiores y acompañarlos en sus visitas de inspección. Aunque aún estoy muy ocupado, ahora me gusta mucho más mi trabajo", comentó Zhu.
Con la aplicación de la campaña de frugalidad, China busca acabar con viajes de inspección sin sentido, visitas, reuniones, circulares y reportes de prensa relacionados con funcionarios de alto rango, y piden a los funcionarios evitar despilfarros. Además, "no habrán pancartas de bienvenida ni alfombras rojas ni arreglos florales como tampoco grandes recepciones" y "se permitirán pocos controles de tráfico" para las visitas de funcionarios.
Además, las normas de ocho puntos parcialmente han llevado a reducir los llamados "tres consumos públicos" del gobierno central chino en 2014, que se refieren a vehículos oficiales, viajes y recepciones.
El año pasado, el gobierno central gastó 5.880 millones de yuanes (alrededor de 947 millones de dólares) en viajes al extranjero, vehículos y recepciones, lo que significó 1.270 millones de yuanes menos de la cifra del presupuesto, señaló un informe del Consejo de Estado sobre las cuentas finales del gobierno central publicado en junio.
El cambio en el estilo de trabajo de los funcionarios de todos los niveles, impulsado por las normas de ocho puntos, debe tener un impacto positivo en el partido y en el gobierno como un todo y en la sociedad en general, explicó Xie.
Haciendo eco de la opinión de Xie, Zhu Lijia, profesor de la Academia de Gobernación de China, dijo que también ayudó a restablecer las credenciales del PCCh, del gobierno y de todos los funcionarios entre el público.
El octubre, el PCCh dio a conocer otras normas más amplias y estrictas sobre sanciones disciplinarias y gobernación honesta.
Las dos regulaciones recientemente revisadas y las normas pioneras de ocho puntos en conjunto ofrecen una poderosa combinación de los esfuerzos del país para combatir la corrupción, dijo Zhu.
"Las acciones emprendidas en el país para las reformas y el desarrollo serán en vano si la población china no tiene fe en el partido así como en el gobierno", afirmó Zhu.